Page 23 - Artículos de Opinión en ECONOMIA de MALLORCA del ULTIMA HORA 2003-2004
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¿JUSTICIA? ...PARA ESO HAY JUECES. Cuando sentencias contra las mujeres violadas o maltratadas y libertades provisionales, a la espera de juicio o indulto, para “presuntos” narcotraficantes y/o sinvergüenzas de guante blanco, nos hacían dudar de la probidad de los magistrados; el juez Pedro Martín de la audiencia de Barcelona nos devuelve la confianza, al rechazar las pretensiones de indemnización y la persecución penal de un inocente constructor y su arquitecto por parte de un obrero recalcitrante, que aducía haberse quedado tetrapléjico en un accidente de trabajo por falta de medidas de seguridad. El juez fundamenta su decisión en antigua jurisprudencia de indudable solidez: el trabajador conocía el riesgo y nadie le obligó a asumirlo (evidencia muy utilizada desde finales del siglo XVIII hasta por lo menos las primeras leyes que protegían a la parte contratante de la segunda parte: el trabajador, en las relaciones laborales). Desde entonces y hasta hoy se ha producido una grave relajación de las costumbres y, los asalariados, puede que entonces maltratados y desprotegidos, han pasado a convertirse en acosadores de indefensos empresarios, hasta el extremo de arrastrarles por los tribunales penales durante años para expoliarles de sus legítimos benéficos. Gracias a este preclaro juez y a una eficiente defensa, el constructor y el facultativo, ven protegidos su libertad y su dinero, además de su imagen dañada, en primera instancia, por sentencia de otro juez más contemporizador y liberal. Sin duda alguien se habrá ocupado de comprobar que el demandante está realmente tetrapléjico, y aún dando por bueno que su accidente no fue deliberado, pues de todo hay, resulta incluso muy generoso por parte de los demandados no reclamar al accidentado por el daño producido contra su honor. El magistrado, por si no quedaba claro, comenta que será un ejemplo para sucesivas situaciones como ésta, señalando que no puede condenar a alguien a quien considera inocente, en este caso al empresario, por mucho que no dotase a la obra de las suficientes medidas de seguridad laboral, y por más que este comportamiento lo considere la ley de prevención una infracción, y el código penal un delito. La equidad del magistrado Pedro Martín (pariente quizás en línea directa del héroe Juan Martín Diez, por su empecinamiento en la defensa del débil) llegará hasta a devolver el empleo y compensar otras pérdidas, que se puedan derivar de la negativa a trabajar sin
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