Es una enfermedad incluso mortal,

producida por un germen muy resistente a

las condiciones ambientales, en forma de

espora. Sólo se destruye a 121° durante 15

minutos, o a 100° (hervido) durante 6

horas y media. A temperatura más alta se

necesita menos tiempo para destruirlo.

Produce uno de los venenos naturales más

activos que se conocen, la toxina botulínica,

que se destruye a 80° en 30 minutos.

Para reproducirse prefiere ambientes

cerrados con poco oxígeno (interior de una

lata o de una salchicha).

Conservas de productos vegetales o

animales que no se hayan sometido a

temperaturas y tiempo suficiente para

destruir el germen.

Si éste no muere, puede reproducirse en

el interior de la conserva y fabricar su

toxina que será fatal para el consumidor.

La multiplicación de este germen no altera

necesariamente el alimento, por lo que

puede estar contaminado, aunque parezca

apto para el consumo.