hora2. La hora es la indicación del
momento en que sucede o se hace una cosa en relación con cada una de las
veinticuatro partes en que se divide el día (® hora1).
1.
La pregunta que corresponde a la indicación de la hora se formula, en la lengua
culta, en singular: ¿Qué hora es? (en ella, la palabra «hora»
tiene el sentido genérico de ‘momento del día’). Su formulación en plural (¿Qué horas
son?) es admisible, aunque menos recomendable, y se usa con cierta
frecuencia en algunos países hispanoamericanos, especialmente en el nivel
popular: «—¿Qué
horas son, compa? —Van a dar las cinco» (Campos Carne [Méx. 1982]); «—¿Qué horas
son? —La una casi» (Gamboa Páginas [Col. 1998]); «—¿Qué horas son, Ireneo? [...]
—Faltan
cuatro minutos para las ocho» (Borges Ficciones [Arg. 1944-56]).
Solo es normal el plural en la frase hecha de intención reprobatoria ¿qué horas
son estas?: «¡Oiga! ¿Cómo que qué horas son estas de llamar?
¡Pero si ha sido usted quien...!» (GaMay Operación [Esp. 1991]). En
la respuesta, el verbo va en singular si se trata de la una (Es la una y
diez) y en plural en el resto de los casos (Son las diez y media; Son las dos menos
cuarto).
2.
Para expresar la hora se utiliza la serie de los números cardinales, de acuerdo
con dos modelos diferentes:
a)
Aquel en que se utilizan solo los números del 1 al 12 y se añade, en caso de
ser necesario, la indicación del tramo del día en el que se incluye la hora que
se expresa: «de la mañana» (desde que sale el sol hasta el mediodía, o desde la
medianoche hasta que amanece): A las nueve de la mañana hacía ya un calor
insoportable; Me desperté a las tres de la mañana y ya no pude conciliar el
sueño; «de la tarde» (desde el mediodía hasta que el sol se pone): Contraerán
matrimonio mañana, a la una de la tarde; Falleció en su casa a las seis y
cuarto de la tarde; «de la noche» (desde que anochece hasta la
medianoche): No llegaron hasta pasadas las once de la noche; La puerta se cierra a
las doce en punto de la noche; «de la madrugada» (desde la
medianoche hasta que amanece): A las tres de la madrugada el frío era insoportable;
Una llamada telefónica lo despertó a las cuatro y media de la madrugada.
No es correcta la expresión *doce de la tarde, usada en lugar de doce de la
mañana, del día o del mediodía. Para indicar las principales
fracciones horarias se utilizan las expresiones en punto, y cuarto, y media y
menos
cuarto; en algunos países americanos como Chile, Venezuela, Perú,
México y Ecuador, en lugar de menos cuarto se emplea la fórmula un o
al
[Méx.] cuarto
para...: «Empiezo muy temprano, un cuarto para las siete»
(Época
[Chile] 11.7.97); «Era un cuarto para las diez» (Vargas Llosa
Conversación [Perú 1969]); «El sol sale a un cuarto para las seis»
(Morón Gallo
[Ven. 1986]); «Al cuarto para la una cierra el templo» (Elizondo Setenta
[Méx. 1987]). El modelo de doce horas es el más utilizado cuando la hora se
escribe con letras, y el más común en textos literarios y periodísticos. No
obstante, este sistema también puede utilizarse si se opta por escribir la hora
con cifras; pero, en ese caso, para evitar ambigüedades, deben emplearse, tras
los números, las abreviaturas a. m. (del lat. ante merídiem ‘antes del
mediodía’) y p. m. (del lat. post merídiem ‘después del mediodía’): 5.30 a. m.
(‘cinco de la mañana o de la madrugada’) y 5.30 p. m. (‘cinco de la
tarde’). Para las doce de la mañana se recomienda el empleo de la abreviatura m.
(del lat. meridies
‘mediodía’): «Estudiantes con carné, gratis antes de las 12 m.» (Tiempo
[Col.] 28.4.97).
b)
Aquel en que se utilizan los números del 0 (para las doce de la noche) al 23,
que presenta la ventaja de no requerir precisiones adicionales, ya que cada
hora del día le corresponde un número diferente. Este modelo se expresa con
preferencia en cifras, en lugar de letras, y se usa especialmente en contextos
en que se requiere la máxima precisión con el mínimo de elementos: El autobús saldrá a las 15.30 h de la plaza de
España.
Aunque es menos común su empleo cuando la hora se escribe con letras, no faltan
ejemplos de ello en contextos particulares, como demuestran los ejemplos
siguientes: «Ingresó
el 10 de octubre de 1930, a las diecinueve horas» (Baroja Vuelta [Esp.
1944-49]); «El
sol se había puesto a las diecisiete y, a pesar de las nubes, pude bajar un par
de astros» (Fogwill Cantos [Arg. 1998]); «[La campaña] comenzará
oficialmente a las cero horas del viernes» (Vanguardia [Esp.] 2.11.95).
3. Como ya hemos visto, la expresión de las
horas puede hacerse mediante letras o mediante números, y ello depende,
básicamente, del tipo de texto de que se trate:
a) En
textos literarios y periodísticos, así como en cualquier otro tipo de texto en
que la precisión horaria no es un factor de especial relevancia, la hora se
escribe preferentemente con letras: Su padre lo llamó a las diez de la noche para
recordarle que debía acompañarlo al médico al día siguiente.
b)
En horarios, convocatorias, actas, informes técnicos o científicos y cualquier
otro tipo de texto en que la precisión en la indicación de la hora es un factor
relevante, se utilizan preferentemente las cifras: La cena se servirá a las 22.30 en el
comedor principal. Se ruega puntualidad.
No es recomendable mezclar el uso de letras y cifras; así, es
preferible escribir las diez de la noche que las 10 de
la noche.
En el uso de letras o cifras también influye el hecho de que se trate
de horas exactas o aproximadas. En la expresión aproximada de las horas no
suelen utilizarse cifras, sino letras, y se emplean fórmulas como alrededor
de, hacia, y pico (® pico, 2), pasadas, etc.: «La orquesta
debía comenzar a las ocho y eran las diez pasadas» (Vargas Llosa Casa [Perú
1966]);
«Hacia las ocho de la tarde dieron por acabada la audiencia»
(GaPavón Reinado
[Esp. 1968]); «Aparecía por la clínica diariamente, alrededor de las cinco de la
tarde» (Marsé Tardes [Esp. 1966]); «Serían las dos y pico de la tarde»
(Chávez Batallador
[Méx. 1986]). Cuando se expresan horas exactas, puede optarse por utilizar
letras o números, teniendo en cuenta las preferencias señaladas anteriormente
en función del tipo de texto.
4.
Cuando se utilizan cifras en la expresión de la hora, hay que tener en cuenta
lo siguiente:
a) Para separar las horas de los minutos, puede optarse por el uso del punto o de los dos puntos (® punto, 3.1 y dos puntos, 2.1): 17.30 o 17:30.
b) Opcionalmente, puede emplearse tras las
cifras el símbolo h (‘hora’), que, como todos los símbolos, debe escribirse
sin punto (salvo, naturalmente, que se trate del punto que marca el final del
enunciado): 17.30
h o 17:30 h. También es posible desglosar la mención de horas y
minutos, e incluso segundos, utilizando para ello los símbolos
correspondientes: La bomba se lanzó a las 15 h 24 min 12 s en un remoto paraje de Siberia.
Este desglose es más común cuando se quiere expresar no tanto el momento en que
ocurre un hecho, como su duración, especialmente en contextos científicos,
deportivos y cualesquiera otros en que la precisión es esencial: El período
de rotación de Marte es de 24 h 37 min 23 s; El
primer clasificado hizo un tiempo de 13 h 35 min 14 s; El tiempo de
cocción es de 2 h 40 min.
c) Las horas en punto se expresan mediante dos ceros en el lugar que corresponde a los minutos: 22.00 o 22:00. Pueden omitirse los dos ceros si tras la indicación de la hora se escribe el símbolo h (® b): El acto comenzará a las 22 h.
d) Cuando se utilicen las abreviaturas a. m., m. y p. m. (® 2a), no debe usarse, además, el símbolo h, por ser evidente que se trata de una referencia horaria. Lo correcto es escribir 17.30 h, 5.30 p. m. (o 17:30 h, 5:30 p. m.).