Maladie des grands ensembles: questionaire abrégé
The Sick Building Syndrome: Simplified questionaire
Redactores:
Mª Dolores Solé Gómez
Especialista en Medicina del Trabajo
Joaquín Pérez Nicolás
Diplomado en Enfermería
CENTRO NACIONAL DE CONDICIONES DE TRABAJO
El INSHT, a partir de las recomendaciones de la Comisión de las Comunidades Europeas, estableció una metodología de evaluación del Síndrome del Edificio Enfermo (SEE) que se desarrolla en cuatro fases:
Investigación inicial: recogida de información acerca del edificio y de sus ocupantes.
Medidas de inspección y guía: comparación del uso y funcionamiento actual del edificio con el diseño y la función de la planta original; ejecución de acciones correctoras puntuales.
Medidas de ventilación, indicadores de clima y otros factores implicados: análisis completo del sistema de ventilación y de ventilación/climatización del edificio, de la calidad del aire interior y de otros factores relacionados.
Examen médico e investigaciones asociadas.
Por lo común y centrándonos en la investigación inicial, la obtención de los datos a partir de los ocupantes se hace mediante cuestionarios. Estos se diseñan de forma que permitan al grupo investigador diagnosticar la existencia del SEE ; evaluar la importancia del problema y su distribución en el edificio e identificar las posibles causas (La NTP-290 «El síndrome del edificio enfermo: cuestionario para su detección» puede ser un ejemplo de los mismos).
Ahora bien, en la práctica, el tiempo que se necesita para su realización y tratamiento es demasiado alto si tan sólo pretendemos contestar a la pregunta ¿Existe el síndrome del edificio enfermo? o ¿Hemos solucionado el problema?
Mediante la presente nota técnica proponemos un modelo de cuestionario simplificado figura 1 que permita identificar el citado síndrome (edificios en los que el 20% o más de sus ocupantes presentan uno o más de los síntomas característicos), comparar prevalencias o medias de síntomas antes y después de la aplicación de soluciones, antes y después del traslado de una plantilla a otro edificio/planta o la comparación de varios edificios.
Fig. 1: Propuesta de cuestionario sobre la calidad del aire en espacios interiores.
El cuestionario simplificado ha sido pues diseñado para contestar a las preguntas anteriormente citadas y permitir avanzar en el estudio, superando las etapas del diagrama de flujo de la investigación propuesto en la metodología de evaluación del INSHT y reflejado en el cuadro 1. No se trata de un cuestionario para la búsqueda etiológica o para la identificación individual de patologías específicas en los trabajadores.
Cuadro. 1: Diagrama de flujo de la investigación programada de un edificio |
Fuente: Berenguer, S. et al "El síndrome del edificio enfermo: metodología de evaluación" |
Es importante que el cuestionario sea anónimo, no dirigido y que se realice individualmente, sin la influencia de otros compañeros. Se exigirá que el encuestado lleve trabajando como mínimo un mes en el edificio. Para el diagnóstico del SEE, su aplicación no debería dilatarse en el tiempo tras el inicio de las quejas. En el resto de supuestos lo ideal sería repetir el cuestionario en la misma muestra de individuos.
Las fases de nuestra actuación, en lo concerniente a la recogida de información mediante el cuestionario, no difieren de las apuntadas en la NTP-290:
Determinación del número de cuestionarios a rellenar: a toda la plantilla, si consta de 150 trabajadores o menos; a una muestra representativa de la misma en caso contrario. El tamaño muestral se determinará a partir de la fórmula consignada en el cuadro 2.
Cuadro 2: Número (n) de cuestionarios necesarios |
Extracción al azar de los sujetos que han de contestar el cuestionario.
Aplicación simultánea del cuestionario, evitando la discusión de las respuestas entre los participantes y salvaguardando el anonimato de los mismos.
La evaluación del mismo dependerá de nuestro objetivo.
Nuestra descripción se basará naturalmente en la prevalencia, entendida como proporción de personas que contestan afirmativamente tanto en la columna «Presencia» como en la columna «Mejora al abandonar el edificio».
La «gravedad», o «intensidad» del síntoma/síndrome la estimaremos a partir de la columna «Número de veces en los últimos treinta días» o de la media de síntomas presentados por persona.
Si tenemos la precaución de recoger una información mínima sobre las características personales y localización del encuestado (ver cuadro 3), podremos conocer, además de qué tipo de síntomas aquejan al personal, dónde son más prevalentes y quién los presenta.
Cuadro 3: Información suplementaria mínima |
Los supuestos ante los que nos podemos encontrar serían:
Un mismo grupo en dos momentos distintos de su historia: antes y después de una intervención (muestras pareadas).
Dos grupos independientes pertenecientes al mismo edificio o a edificios distintos (muestras independientes).
Las medidas a utilizar pueden ser las prevalencias de los síntomas, grupos de síntomas o frecuencia de aparición así como las medias de síntomas presentados en los grupos estudiados.
La aplicación de las pruebas estadísticas de contraste de hipótesis adecuadas nos ayudará a decidir si ha existido algún cambio (positivo o negativo) después de nuestra intervención en un edificio previamente diagnosticado como «enfermo» o priorizar nuestra actuación ya sea por secciones/departamentos dentro de un mismo edificio o por edificios. En el cuadro 4 hemos relacionado las pruebas estadísticas a las que podemos recurrir en los supuestos de actuación más frecuentes.
Cuadro 4: Pruebas estadísticas básicas |
k = categorías * = Pruebas no paramétricas |
En el cuadro 5 se consignan las prevalencias (en tanto por 1) global y por plantas encontradas en un edificio de tres plantas (A - B y C), con 100 trabajadores (A = 59; B = 20 y C = 21).
Cuadro 5: Prevalencias de síntomas de todo el edificio, de cada una de las plantas y significación estadística |
Todos los síntomas se presentan con una prevalencia superior al 20% (al 0.20 por uno). Si el diagnóstico lo hacemos cuando al menos uno de ellos rebasa dicha cantidad, es evidente que estamos en presencia de un síndrome del edificio enfermo, presentándose el problema en las tres plantas.
La aplicación de la prueba c2 de Pearson para frecuencias observadas nos confirma lo que ya se intuye en la tabla: la planta C es la que se encuentra en peores condiciones.
Si realizamos el análisis tomando las plantas dos a dos, se demuestra la ausencia de diferencias estadísticamente significativas entre A y B y la presencia de una diferencia significativa entre «A y C» y «B y C». Así pues, en el caso de tener que priorizar nuestra actuación por importancia relativa del síndrome escogeríamos la planta C.
Podemos estimar la intensidad del síndrome a partir de la media de síntomas presentados en cada una de las plantas así como de la frecuencia de los mismos ; en este caso dicho estudio nos muestra una media de 9 síntomas y una prevalencia de 0.75 de la variable «Número de veces en los últimos treinta días» en la planta C y de alrededor de 6 y 0.40 en las plantas A y B. Lo que reafirma nuestra hipótesis.
El estudio de los síntomas más prevalentes puede ayudarnos a establecer una hipótesis etiológica, que posteriormente debe ser confirmada por estudios más en profundidad.
Después de un estudio pormenorizado de las posibles causas del síndrome, se establecieron como presuntos factores causales: la humedad (demasiado baja), la temperatura ambiental (muy alta) y la iluminación (demasiado intensa).
Se procedió a corregir dichos factores y, a los seis meses de dicha corrección, se volvió a pasar el cuestionario. Los resultados se consignan en el Cuadro 6.
Cuadro 6: Frecuencias absolutas de la presencia de síntomas en la planta C antes de la intervención, después de la intervención y significación estadística de la prueba de Mc Nemar |
La observación del número de respuestas afirmativas a cada uno de los síntomas del cuestionario, nos induce a pensar que ha habido una disminución sustancial de la prevalencia de los síntomas. Sin embargo, la situación de SEE persiste, ya que, salvo para el picor/escozor de garganta, las prevalencias superan el 20%.
La aplicación del test de Mc Nemar para muestras pareadas de frecuencias observadas nos permite decir que dicha diferencia es estadísticamente significativa. Así pues nuestra actuación ha reducido el problema, aunque no lo ha solventado.
(1) BERENGUER, M.J. et al
El síndrome del edificio
enfermo: metodología de evaluación
Documentos Divulgativos, Madrid, INSHT, 1994
(2) BURGE,S.; HEDGE,A.; WILSON,S. et al
Sick building syndrome: a study of 4373 office workers
Ann. Occup. Hyg. 1987, 21:493-504
(3) BURGE,S.; ROBERTSON, A.; HEDGE,A.
The development of a questionnaire suitable for the surveillance of office buildings to
assess the building symptom index a measure of the sick building syndrome
Proceedings of Indoor Air'93 1993; 1:731-736
(4) EUROPEAN CONCERTED ACTION (COST 613)
Sick building syndrome: a practical guide
Report nº 4, Luxembourg, Commission of the European Communities, 1989
(5) IGLESIA de la, A.; SOLÉ, IVID.; MARQUÉS, F.; PÉREZ, J
Epidemiología laboral
Madrid, INSHT, 1992
(6) SIKOV, P.; VALBJORN, O.
Danish indoor climate study group. The sick building syndrome in the office
environment: The Danish town hall study
Environ. Int. 1987; 13:339-349
(7) SOLÉ, MD.; PÉREZ, J.
El síndrome del edificio enfermo: cuestionario para su
detección
NTP-290. Barcelona, INSHT, 1991