dos puntos. Signo de puntuación (:) que representa una pausa mayor que la de la coma y menor que la del punto, y que marca un descenso entonativo. Detienen el discurso para llamar la atención sobre lo que sigue, que siempre está en estrecha relación con el texto precedente. Los dos puntos se escriben sin blanco de separación con respecto a la palabra o el signo que los antecede, y separados por un espacio de la palabra o el signo que los sigue. Hay que distinguir entre usos lingüísticos y usos no ligüísticos de los dos puntos.
1. Usos lingüísticos.
1.1. Preceden a una
enumeración de carácter explicativo:
Ayer me compré dos libros: uno de
Carlos Fuentes y otro de Cortázar.
Tres son las provincias aragonesas:
Huesca, Zaragoza y Teruel.
1.2. Cuando, por
interés, se anticipan los elementos de la enumeración, los dos puntos sirven
para cerrarla y dar paso al concepto que los engloba:
Natural, sana y equilibrada: así
debe ser una buena alimentación; Cortesía, amabilidad, generosidad,
delicadeza...: esas son las cualidades de una persona educada.
1.3. Preceden a la
reproducción de citas o palabras textuales, que deben escribirse entre comillas
e iniciarse con mayúscula (®
mayúsculas, 3.1.3): Ya lo dijo
Ortega y Gasset: «La claridad es la cortesía del filósofo»; Las palabras del
médico fueron: «Reposo y una alimentación equilibrada».
1.4. Se emplean
tras las fórmulas de saludo en el encabezamiento de cartas y documentos. En
este caso, la palabra que sigue a los dos puntos, y que inicia el cuerpo de la
carta, se escribe con inicial mayúscula y en renglón aparte (® mayúsculas,
3.1.3):
Muy señor mío:
Le agradeceré que en el plazo más
breve posible...
Es costumbre anglosajona,
que debe evitarse en español, utilizar en este caso la coma en lugar de los dos
puntos:
*Querido amigo,
Te escribo esta carta para
comunicarte...
1.5. Sirven para
separar una ejemplificación del resto de la oración: De vez en cuando tiene algunos
comportamientos inexplicables: hoy ha venido a la oficina en zapatillas.
1.6. En textos
jurídicos y administrativos —decretos, sentencias, bandos, edictos,
certificados, instancias— se colocan después del verbo, escrito con todas sus
letras en mayúscula, que presenta el objetivo fundamental del documento (® mayúsculas 3.1.3). La primera palabra que sigue
a ese verbo se escribe siempre con inicial mayúscula y en párrafo aparte:
CERTIFICA:
Que D. José Álvarez García ha seguido con aprovechamiento el Curso de Técnicas Audiovisuales...
Solamente en estos casos
los dos puntos son compatibles con la conjunción subordinante que.
1.7.
Sirven para marcar una pausa enfática tras locuciones de carácter introductorio
como a
saber, ahora bien, pues bien, esto es, dicho de otro modo, en otras palabras,
más aún..., y no precisan que la oración que los sigue se inicie con
mayúscula: Nunca
me ha molestado colaborar. Dicho de otro modo: me gusta ayudar a los demás;
¿Recuerdas lo que te conté de Ramiro? Pues bien: ha vuelto a hacerlo. En
la mayoría de estos casos, los dos puntos son sustituibles por la coma. La
diferencia entre el uso de uno u otro signo está en que con la coma el énfasis
desaparece y la expectación creada en el lector con respecto a lo que se va a
decir es menor.
1.8. Se emplean también para conectar oraciones
relacionadas entre sí sin necesidad de utilizar otro nexo. Son varias las
relaciones que pueden expresar:
a) Relación causa-efecto: Se ha quedado sin trabajo: no podrá ir de vacaciones este verano; Empezó a pedir ayuda: nunca había sentido tanto miedo.
b) Conclusión, consecuencia o resumen de la oración anterior: Siempre tuvo un carácter huraño con los demás: hoy se encuentra solo y amargado; Fueron demasiados los errores cometidos: al final se perdió el partido. También puede utilizarse, en estos casos, el punto y coma (® punto y coma, 2b).
c) Verificación o
explicación de la oración anterior, que suele tener un sentido más general: La paella es
un plato muy completo y nutritivo: tiene la fécula del arroz, las proteínas de
sus carnes y pescados, y la fibra de sus verduras. También puede
utilizarse, en este caso, el punto y coma (® punto
y coma, 2b).
1.9. En títulos y
epígrafes es frecuente su uso para separar el concepto general del aspecto
parcial del que va a tratarse: La literatura medieval: estudio comparativo de los principales
motivos recurrentes; El viento: una fuente de energía alternativa.
1.10. En los
epígrafes internos de un libro, se utilizan para separar el epígrafe, del texto
que le sigue, cuando este comienza en la misma línea. En este uso pueden
alternar con la raya precedida de un punto (® raya,
8a): La revolución industrial: Su origen hay
que situarlo en Gran Bretaña, alrededor de 1780, cuando la industria textil
algodonera y la siderurgia experimentaron una rápida aceleración de su
capacidad productiva.
1.11. Es incorrecto
escribir dos puntos entre una preposición y el sustantivo o sustantivos que
esta introduce: *En la reunión había representantes de: Bélgica, Holanda y Luxemburgo. *La obra
estuvo coordinada por: Antonio Sánchez. El uso correcto prescinde de
los dos puntos: ... representantes de Bélgica, Holanda y Luxemburgo; ... coordinada por
Antonio Sánchez.
2. Usos no lingüísticos.
2.1. Se emplean los
dos puntos para separar las horas de los minutos en la expresión del tiempo. No
debe dejarse espacio de separación entre los dos puntos y las cifras
colindantes. En este uso, que se ha extendido a partir de su aparición en los
relojes digitales, los dos puntos pueden alternar con el punto (® punto, 3.1): 15:30 h, 12:00 h.
2.2. Indican
división en expresiones matemáticas. En este caso, se escriben con espacio de
separación respecto de las cifras colindantes: 8 : 2 = 4. En este uso, alternan
con la barra (® barra, 1.10) y con el símbolo ÷.