raya. Signo de puntuación representado por un trazo horizontal (—) de mayor longitud que el guion (-) (® guion2 o guión), con el cual no debe confundirse. Puede utilizarse aisladamente, o bien, como en el caso de otros signos de puntuación, para introducir, mediante el uso de un signo de apertura y otro de cierre, un inciso dentro de un período más extenso. En este último caso, las rayas se escriben sin espacio de separación respecto de la primera y la última palabra del enunciado que enmarcan. Si tras las rayas de apertura o de cierre debe aparecer algún signo de puntuación, este se escribirá sin blanco de separación con respecto a ellas. La raya se utiliza en los casos siguientes:
1.
Para encerrar aclaraciones o incisos: Para él la fidelidad —cualidad que valoraba por
encima de cualquier otra— era algo sagrado; Su piel ¾tersa y suave¾ estaba
humedecida por la lluvia. Para enmarcar este tipo de incisos pueden utilizarse también las
comas (® coma, 1.1) o los paréntesis (® paréntesis,
2a). La diferencia entre el uso de unos u otros signos está en el grado de conexión
que, para el que escribe, mantiene el inciso con el resto del enunciado. Así,
los incisos entre rayas suponen un aislamiento mayor con respecto al texto en
el que se insertan que los que se escriben entre comas, pero menor que los que
se escriben entre paréntesis.
La raya de cierre en los incisos no se suprime aunque detrás de ella
deba aparecer un punto o cualquier otro signo de puntuación:
Esperaba
a Emilio ¾un gran amigo¾.
Lamentablemente, no vino.
Esperaba
a Emilio ¾un gran amigo¾, que, lamentablemente,
no vino.
2.
Para introducir una nueva aclaración o inciso en un texto ya encerrado entre
paréntesis: Si
desea más información sobre este tema (la bibliografía existente ¾incluso en
español¾ es bastante extensa), deberá acudir a textos de
carácter no divulgativo. Para intercalar algún dato o precisión en un inciso escrito entre
rayas, han de usarse los paréntesis (® paréntesis,
2b): Venezuela
¾que fue el primer lugar de tierra firme avistado por
Colón en su tercer viaje a América (1498)¾ tenía, en el
momento de su descubrimiento, unos 300 000 habitantes pertenecientes a
distintas tribus indígenas; La cerámica ¾que tiene en
Talavera de la Reina (Toledo) y en Manises (Valencia) dos de sus mejores
ejemplos¾ es una industria extendida por toda España.
3. En la
reproducción escrita de un diálogo, la raya precede a la intervención de cada
uno de los interlocutores, sin que se mencione el nombre de estos: ¾¿Cuándo
volverás? ¾No tengo ni idea. ¾¡No tardes
mucho! ¾No te preocupes. Volveré lo antes posible. Normalmente, en las novelas y
otros textos de carácter narrativo, las intervenciones de cada uno de los
personajes se escriben en líneas distintas. Como se ve en el ejemplo, no debe
dejarse espacio de separación entre la raya y el comienzo de cada una de las
intervenciones.
4. En
textos narrativos, la raya se utiliza también para introducir o enmarcar los
comentarios y precisiones del narrador a las intervenciones de los personajes.
Para el uso correcto de la raya y otros signos de puntuación en estos casos,
deben tenerse en cuenta las indicaciones siguientes:
a)
Se coloca una sola raya delante del comentario del narrador, sin necesidad de
cerrarlo con otra, cuando las palabras del personaje no continúan
inmediatamente después del comentario: ¾Espero que todo
salga bien ¾dijo Azucena con gesto ilusionado.
A
la mañana siguiente, Azucena se levantó nerviosa.
b)
Se escriben dos rayas, una de apertura y otra de cierre, cuando las palabras
del narrador interrumpen la intervención del personaje y esta continúa inmediatamente
después: ¾Lo principal es sentirse viva ¾añadió Pilar¾. Afortunada o
desafortunada, pero viva.
c)
Cuando el comentario o aclaración del narrador va introducido por un verbo de
habla (decir,
añadir, asegurar, expresar, preguntar, exclamar, etc.), su
intervención se inicia en minúscula, aunque venga precedida de un signo de
puntuación que tenga valor de punto, como el signo de cierre de interrogación o
de exclamación: ¾¡Qué le vamos a hacer! ¾exclamó
resignada doña Patro (y no *¾¡Qué le vamos a hacer! ¾Exclamó
resignada doña Patro).
Si la intervención del personaje continúa tras las palabras del
narrador, el signo de puntuación que corresponda al parlamento interrumpido se
debe colocar tras la raya que cierra el inciso del narrador: ¾Está bien ¾dijo Carlos¾; lo haré,
pero que sea la última vez que me lo pides.
d)
Cuando el comentario del narrador no se introduce con un verbo de habla, las
palabras del personaje deben cerrarse con punto y el inciso del narrador debe
iniciarse con mayúscula: ¾No se moleste. ¾Cerró la
puerta y salió de mala gana. Si tras el comentario del narrador continúa el parlamento del
personaje, el punto que marca el fin del inciso narrativo se coloca tras la
raya de cierre: ¾¿Puedo irme ya? ¾Se puso en pie
con gesto decidido¾. No hace falta que me acompañe. Conozco el camino.
e)
Si el signo de puntuación que corresponde colocar tras el inciso del narrador
son los dos puntos, estos se colocan también tras la raya de cierre: ¾Anoche estuve
en una fiesta ¾me confesó, y añadió¾: Conocí a
personas muy interesantes.
5.
También se utilizan las rayas para enmarcar los comentarios del transcriptor de
una cita textual: «Es imprescindible —señaló el ministro— que se refuercen los sistemas
de control sanitario en las fronteras».
6.
Se utiliza la raya para introducir cada uno de los conceptos de una relación
que se escriben en líneas independientes. En este uso, debe dejarse un espacio
en blanco entre la raya y el texto que sigue. En cuanto a la puntuación que
debe utilizarse en este tipo de relaciones, puede escogerse entre una de estas
dos opciones:
a)
Escribir con inicial minúscula cada uno de los conceptos, cerrando los
enunciados con punto y coma, excepto el último, que se cerrará con punto:
Las
funciones del lenguaje, según Jakobson, son seis:
— expresiva;
— fática;
— conativa;
— referencial;
— poética;
— metalingüística.
Cuando los elementos que se relacionan son simples, como ocurre en el
ejemplo anterior, es posible eliminar la puntuación, lo que no debe hacerse
cuando los elementos de la relación son oraciones (®
6b):
Las
funciones del lenguaje, según Jakobson, son seis:
— expresiva
— fática
— conativa
— referencial
— poética
— metalingüística
b)
Escribir con inicial mayúscula cada uno de los conceptos, cerrando los
enunciados con punto:
Entre
los rasgos del castellano hablado en Aragón, sobresalen los siguientes:
— La
entonación es claramente ascendente y hay tendencia a alargar la vocal final.
— Se
evita el acento en posición esdrújula.
— El
sufijo diminutivo dominante es -ico.
— Se
emplea mucho la partícula pues.
Para esta misma función pueden emplearse, en lugar de la raya, letras
con paréntesis, números u otros signos.
7.
En listas alfabéticas, índices bibliográficos y otros repertorios, la raya al
comienzo de una línea se usa para indicar que en ese renglón se omite, para no
repetirlo, el concepto o el nombre propio ya expresados anteriormente en la
primera de sus menciones. En este caso, debe dejarse también un espacio en
blanco después de la raya:
Verbos
intransitivos
¾ irregulares
¾ regulares
¾ transitivos
No debe repetirse tras la raya el signo de puntuación que sigue, si lo
hubiere, a la expresión sustituida:
Ortega y Gasset, J.: España invertebrada (1920-22).
¾ Idea del teatro (1946).
¾ La rebelión de las masas (1930).
8. La raya,
precedida de un punto (.—), puede usarse en los casos siguientes:
a) En los epígrafes
internos de un libro, para separarlos del texto que los sigue cuando este
comienza en la misma línea:
Género de los sustantivos.— Por el
género, los sustantivos se dividen en español en femeninos y masculinos. El
género neutro no existe en español. Decimos que un nombre es femenino o
masculino cuando...
b) En la edición de
obras teatrales, para separar el nombre de cada uno de los personajes del texto
de sus intervenciones:
María.—
¿Dónde
vas?
Juan.—
A dar una
vuelta.
c) Para separar
cada uno de los enunciados que componen los resúmenes de contenido que se
colocan, en algunos libros, al comienzo de cada capítulo:
Definición de la concordancia.— La
concordancia nominal.— La concordancia verbal.— Reglas generales de la
concordancia.— Casos particulares.
Hay que señalar, no
obstante, que la costumbre de colocar estos resúmenes previos está hoy en
desuso.