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Villalonga, Llorenç
Villalonga, Llorenç
(Palma de Mallorca 1897d., 1980) Escritor español en lengua
catalana. Perteneciente a una familia de la aristocracia rural
mallorquina, estudió medicina en Murcia, Barcelona y Zaragoza,
especializándose en psiquiatra. Se doctoró en 1927. En 1924
comenzó a colaborar asiduamente en el periódico «El Día», de su
ciudad natal. En 1931 publicó su primera novela, «Mort de dama»,
cuya versión definitiva apareció en 1967, y a la que siguió, en 1932,
«Fedra». Entre 1934 y 1936 dirigió la revista «Brisas». Después de la
guerra civil participó en algunas empresas periodsticas, hasta que en
1952 dio a conocer «La novel·la de Palmira», y posteriormente la
versión castellana de «Bearn» y algunas obras teatrales, como «El
lledoner de la clastra», «Els desbarats», «Faust» o «Silvia Ocampo».
En 1961 apareció la versión catalana de «Bearn», que un año más
tarde obtuvo el premio de la crítica, y «L'àngel rebel». En la década
de los sesenta aparecieron varias novelas y obras teatrales:
«Desenllaç a Montlleó», «L'Hereva de donya Obdúlia», «Falses
memòries de Salvador Orlan», «Les fures», «La Virreyna», «La Lulú»
y «El misàntrop». Sus últimas novelas fueron «Estiu a Mallorca» y
«Andrea Victrix» (premio Josep Pla 1974).
Villalonga estuvo muy influido por su formación en el contexto de la
cultura francesa (en colaboración con su hermano escribió una
biografía de Chateaubriand), y reflejó en su obra una visión del
mundo escéptica, irónica y conservadora, penetrada de nostalgia por
la decadencia de una clase social a la que estaba vinculado por sus
orígenes: la aristocracia insular. En este sentido, no han faltado
comparaciones entre el enfoque de su obra y «El gatopardo» del
Príncipe de Lampedusa. «Mort de dama» ya causó en el momento de
su aparición cierto revuelo por la visión caricaturesca que daba de
aquíella oligarqua agonizante. La obra de Villalonga que más
repercusión ha tenido (la llevó al cine en 1983 el cineasta español
Jaime Chávarri) es «Bearn», donde la evocación presenta tintes más
melancólicos y complacientes.