Redactor:
Antonio J. Melgarejo Turón
Médico Especialista en Medicina del Trabajo
CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y ASISTENCIA TÉCNICA - BARCELONA
La Historia Laboral es la parte de la Historia Clínica del paciente que atiende a la descripción de los puestos de trabajo desempeñados por el mismo y su posible relación con la existencia de riesgos de patología profesional.
La Historia Laboral detecta, pues, el posible riesgo de Enfermedades Profesionales.
Si en todo examen clínico el interrogatorio juega un papel importante, en Medicina del Trabajo tiene un lugar destacadísimo.
La falta de conocimiento del ambiente en donde desarrolla sus actividades el obrero hace imposible el diagnóstico de Enfermedad Profesional.
Patología Laboral que no puede existir jamás, por ende, sin la exposición adecuada, sin el riesgo preciso dimanado incuestionablemente del área de trabajo. Es condición "sine qua non" la exposición a determinado riesgo para que sea posible la existencia de Enfermedad Profesional. Para ello es imprescindible el relato metódico y completo de toda la vida laboral del sujeto que ponga en evidencia los posibles riesgos en relación al número de contaminantes y al tiempo (años) de exposición a cada uno de los mismos.
Este objetivo se logra con la elaboración de la Historia Laboral que debiera ser del dominio de todo Técnico de Prevención.
No es, pues, su redacción de exclusividad del personal sanitario sino de todo prevencionista, si bien su mayor ámbito de aplicación lo es en Medicina del Trabajo.
La Historia Laboral se enfocará en dos grandes vertientes: el Trabajo Actual por un lado, y los Antecedentes Laborales por otro.
En él se consignarán Empresa, actividad industrial de la misma, domicilio, departamento o sección en donde se halla encuadrado el obrero, el oficio o categoría, años en el oficio, años en la empresa, día laboral y horas semanales trabajadas sin olvidar las horas extras, el tipo de horario realizado, los trabajos fuera de su empleo habitual, la actual situación administrativa en Seguridad Social y sobre todo la fiel descripción del trabajo desarrollado en la actualidad por el obrero. Puesto de trabajo actual en el que se detalle desde cuando lo desempeña, las sustancias o materiales con qué y cómo trabaja, la frecuencia e intensidad de su tarea, la posición adoptada en su trabajo, la cadencia del mismo, etc.
El redactor de la Historia Laboral debe "VER" exactamente al trabajador en su puesto de trabajo, a través del relato del mismo. Imaginándolo, hasta conseguir "VER", con claridad, al individuo en su área laboral sin resquicio de duda en cuanto al desempeño de su tarea.
Ello sólo puede conseguirse con un dominio paulatino de esta recopilación de datos que aporta el interrogado. Datos que son influidos por:
Memoria: La falta de memorización impide recordar frecuentemente con la exactitud requerida el detalle importante, a la par que subjetivamente puede exagerarse el síntoma observado o la situación vivida.
Lenguaje: En el diálogo que hace posible la redacción de la Historia Laboral puede hacerse patente un no entendimiento total por la dificultad que supone interpretar el exacto significado de la jerga profesional utilizada por el interrogado, así como los modismos oriundos de su lugar de nacimiento o de estancia prolongadas.
Tecnología: Es imprescindible el conocimiento de la tecnología en la que se desenvuelve el interrogado.
Tecnología que se aprende en el lugar de trabajo o a través de la escucha interesada del relato del trabajador, dado que en ninguna disciplina universitaria se le ofrece al entrevistador la posibilidad de adquirir conocimientos tecnológicos completos.
Intencionalidad: Sumo tiento en la interpretación de los datos que se nos aporten.
Muchas veces el relato va dirigido a unas reivindicaciones económicas que para lograrlas magnifican los síntomas y exageran las situaciones de riesgo.
Otras veces el deseo de no perder un puesto de trabajo "peligroso" o "privado", la necesidad social de seguir trabajando, hacen que el trabajador minimice su relato.
Es, pues, de todo punto imprescindible plantearse el trabajo del entrevistado hacia:
Qué | ¿Qué manipula? ¿Qué sustancias maneja? |
Con qué | ¿Qué instrumentos o utensilios utiliza? |
Cómo | Metodología del trabajo, fases del mismo. |
Dónde | Descripción del área de trabajo, medidas de la misma, posibles contaminantes presentes, medidas higiénicas existentes, elementos de aireación y ventilación, etc. |
Preguntar la posible utilización de protecciones personales y describir en suma las condiciones ambientales del individuo, relacionándolas con la aparición de los síntomas observados y la eventual coincidencia de similares trastornos en otros compañeros de la misma área de trabajo.
Es éste uno de los pilares básicos en la confección de toda Historia Laboral.
Debe ser completa, es decir, abarcará toda la singladura laboral del individuo procurando subsanar las posibles lagunas en el tiempo que ofrezca el obrero en la memorización de tales antecedentes.
Gran ayuda para obviar dicha dificultad es marcar al paciente fechas clave tales como: edad escolar, servicio militar, emigración, guerra civil, matrimonio, etc.
Lo mejor es hacer un seguimiento cronológico del paciente a partir de la fecha de nacimiento.
La suma de cada uno de los períodos dedicados a cada actividad o Empresa dará la cifra de la edad actual del trabajador.
Se presenta a continuación un ejemplo práctico de redacción de Historia Laboral, según los impresos habituales utilizados en el CIAT de Barcelona.
Las columnas del apartado "Antecedentes Laborales", FECHA = ALTA/BAJA, se refieren a inicio y fin de actividad en la vida del sujeto, que se relata en columna "puesto de trabajo".
En dicha columna se señala primeramente la duración de la actividad en años, a fin de que se forme una columna "de años". La suma de las cifras de la columna reseñada debe dar la cifra de la edad actual del trabajador (cifras señaladas por un círculo en el ejemplo). De la redacción de la Historia Laboral deben deducirse los años de exposición a posibles riesgos profesionales a que se ha visto sometido el trabajador.
En el caso ejemplo serían:
7 años de riesgo neumoconiótico.
10 años de riesgo trauma sonoro.