domínica o dominica. En el lenguaje eclesiástico, ‘domingo’ y ‘escrituras que se leen en el oficio de cada domingo’. Su acentuación etimológica y más recomendable es la esdrújula: «Se vendía [el pan de dulce] en la Semana Santa, en particular, durante el periodo comprendido entre el viernes de Dolores y la domínica de Cuasimodo» (Olivas Dulces [Perú 1996]). También se ha usado, y es válida, una forma llana, dominica [dominíka], menos recomendable, ya que tiene el inconveniente de coincidir con la forma femenina del adjetivo dominico dominico).