Taller de escritura Terapéutica.
Placer y utilidad de la lectura
La lectura es un diálogo entre el autor, el lector y esa otra personalidad, crítica y espontánea que surge cuando se está en confianza. Es el autor, el libro, quien lleva la voz cantante, quien afirma.
Pero es un antagonista amable, al que se puede callar cuando nos parece oportuno, hacerle repetir lo ya dicho; incluso se le puede rechazar, menospreciar e insultar, llegar a una ruptura.
Dejas el libro y te vas con tu otro yo, murmurando:"Menudo imbécil".
Siempre le encontrarás, donde lo has dejado, sin enfados ni rencores y aunque lo escrito no cambie, otro día puede parecerte que ya no es lo mismo, que quizás tenía razón. Escuchar a los otros, enseña siempre.
La respuesta a todas las preguntas está ya escrita en alguna parte, problemas planteados y resueltos miles de veces.
Momentos, ideales, sentimientos, han sido vividos por gente dispuesta a compartirlos con todo el mundo.
Pero como en la vida hay que saber escoger los amigos, así hay que actuar con los libros, saber escoger, aprender a conocerles, ver sus virtudes y defectos, redescubrirles, mejorarles, o mejorarnos en ellos cada vez que se les encuentra.
Leer es vivir muchas vidas, bien es verdad que con la imaginación, pero, y "¿Qué es la vida?. Una ilusión". Pues elijamos nuestras ilusiones, forjemos nuestra vida y esperanza sobre la de otros, aprendamos de sus fracasos y riamos sus alegrías que serán nuestras.
Quien lea nunca estará solo, el libro es como el espejo de Alicia, lleno de desconocidos que te llaman a un mundo distinto.
El libro es un diablo cojuelo, tuerto o descuadernado que levanta para ti todos los tejados y te enseña los más recónditos secretos, incluso los tuyos.
Pueden los libros, como a Don Quijote, hacerte perder la razón, y lanzarte al mundo "real", físico queriendo hacer justicia, ayudar al caído, castigar al malvado...
Sin ningún género de dudas, encontrarás tus venteros socarrones, tus galeotes mezquinos; los golpes, el acabar vencido y cuerdo...