Cuidado de los
bosques orientado a obtener el máximo rendimiento
sostenido de sus recursos y beneficios. Aunque en principio la silvicultura se centraba en
la producción maderera, ahora comprende también el mantenimiento de
pastos para
ganado
local, la conservación de hábitats naturales, la protección de
cuencas hidrográficas y
el desarrollo de zonas recreativas. Por tanto, la explotación de los bosques ayuda a
utilizar las zonas arboladas con el fin de obtener de ellas el máximo beneficio acorde
con su naturaleza.
El cuidado de los bosques comprende especialidades como
dendrología, silvicultura,
protección de bosques, cálculo, ingeniería, beneficio y explotación.
La dendrología se centra en el estudio de los árboles: identificación, distribución, determinación de la edad, características de cada especie.
La silvicultura estudia la relación del bosque con el medio ambiente y el desarrollo, cuidado y reproducción de los árboles de madera. La protección de bosques estudia posibles influencias nocivas, como enfermedades, erosión, destrucción por insectos y otros animales e incendios.
El cálculo de bosques tiene por objeto determinar la tasa de crecimiento y el rendimiento potencial maderero de los rodales de bosque. La ingeniería se interesa por las técnicas de corte y transporte propias de las modernas explotaciones madereras. El beneficio de bosques se ocupa de estudiar las propiedades de los árboles desde el punto de vista de la obtención de madera y productos madereros.
La explotación forestal comprende los métodos comerciales y los
principios técnicos que rigen el aprovechamiento general de los bosques.
La práctica de la silvicultura técnica abarca numerosas operaciones distintas, desde la
plantación de árboles hasta su recolección. Un aspecto central del aprovechamiento del
monte es la
tala y la regeneración.
A este efecto se han ideado cuatro métodos básicos: cortas a matarrasa, cortas aclaradoras, entresacado y monte alto.
Se llama corta a matarrasa a la tala de todos los árboles de una parcela; la regeneración se hace plantando ejemplares jóvenes o a partir de las semillas procedentes de la masa forestal que bordea la parcela talada.
Este método, apropiado para especies que necesitan luz abundante, produce pies de igual edad, facilita el control de la composición de los rodales y se presta a la mecanización de la corta y la recogida de la leña y otros restos.
La corta aclaradora da lugar a un bosque de edades mezcladas o ajardinado, en el que se abaten periódicamente los ejemplares más longevos. Es una técnica más cara, y durante el derribo de los árboles grandes pueden resultar dañados los más pequeños, pero a cambio mantiene siempre la cobertura vegetal y da lugar a un bosque atractivo; se basa en prácticas más acertadas desde el punto de vista ecológico.
El entresacado o resalveo es un método de tala que deja alrededor de un 10 % de los árboles del rodal talado, seleccionados de modo que formen una distribución regular, para que sirvan como fuente natural de semillas.
Se llama explotación en monte alto a la tala de los árboles
maduros en ciclos de 10 a 15 años; favorece la reproducción natural y da lugar a pies de
edad bastante uniforme.
Hay otras prácticas que favorecen el desarrollo de la silvicultura comercial: la
repoblación artificial con plantones, en especial cuando se combina con la tala a
matarrasa, la aplicación de fertilizantes para aumentar la producción, y la selección
de especies madereras que destacan por crecimiento, resistencia a las enfermedades u otras
características deseables. Estas medidas son propias de la silvicultura intensiva, cuyo
objeto es alcanzar la máxima producción mediante la aplicación del conocimiento
técnico y la mecanización.
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