Laboratories de photographie: risques par
l'exposition aux polluants chimiques (I)
Photografic laboratories: risk due to the exposition to chemical agents (I)
Redactoras:
Mª Elena Adán Liébana
Ingeniera Química IQS
Mª Dolores Sánchez Almirón
Licenciada en Ciencias Químicas
CENTRO NACIONAL DE CONDICIONES DE TRABAJO
El ambiente al que están expuestos los trabajadores de un laboratorio fotográfico es complejo y se caracteriza por la exposición simultánea a diferentes compuestos químicos con riesgos potenciales para la salud. Aunque la concentración ambiental de algunos compuestos sea inferior al valor límite de exposición que tienen definido, la exposición conjunta a combinaciones de productos puede resultar adversa, aún a concentraciones a las cuales sería tolerable sí la exposición fuera a un solo compuesto. Dada la extensión del tema, se ha distribuido el texto entre esta Nota y la siguiente. |
El material fotográfico se compone de dos partes claramente diferenciadas: la superficie sensible, constituida por una emulsión sensible a la luz, y el soporte.
La superficie sensible es una dispersión de cristales de halogenuro de plata sobre gelatina. La fotografía utiliza la propiedad fotoquímica de los haluros de plata para formar imágenes, según la cual al sufrir una adecuada exposición a la luz se produce la activación selectiva de algunos granos de haluro de plata (imagen latente). Para potenciar esta propiedad los cristales son tratados previamente con una serie de sensibilizantes. Entre los más usados están la tiourea, el tiosulfato sádico, el tiocianato de oro, el tetracloroaurato potásico y reductores como el hidrógeno, el tert-butilaminoborano, los cationes estaño II o la hidrazina.
Mientras que en la fotografía en blanco y negro la emulsión está constituida por una sola capa de haluro de plata, en la fotografía en color la película consta de tres negativos de plata superpuestos, es decir, se produce un negativo de plata de cada una de las capas sensibilizadas. En estas capas se introduce una sustancia llamada acoplador, que es la que les confiere la propiedad del color. Esta sustancia también puede ser aportada por el baño revelador.
Otros componentes de la emulsión son, por ejemplo: los tensioactivos, para reducir el revelado espontáneo de regiones no expuestas (tetraazaindenos, mercaptotetrazoles), aldehídos, para reducir la abrasión y permitir el procesado a altas temperaturas, estabilizantes (iones haluro, benzimidazoles, benzotriazoles y mercaptotetrazoles).
Para la mayor parte de aplicaciones, la emulsión puede estar sobre una película transparente de vidrio, plástico, papel o cartón.
Las películas, que a veces son multicapa, deben tener una composición y grosor uniformes. Su composición está constituida por diferentes compuestos químicos dedicados a facilitar la adhesión entre la gelatina y el soporte hidrofóbico, así como a evitar la reflexión de la luz en la emulsión durante la exposición (agentes antihalo: partículas de carbón, colorantes o plata coloidal, que han de ser eliminados durante el proceso).
La secuencia de tratamiento depende del tipo de soporte a tratar (blanco y negro o color), del procedimiento (negativo-positivo o invertido) y de la naturaleza de los trabajos a efectuar (diapositiva, negativo, tirada sobre papel...). A continuación se enuncian y describen las operaciones que tienen lugar en el proceso fotográfico: exposición, revelado, baño de parada, fijación, lavado, baños adicionales, tiraje, trabajos de acabado.
La exposición a la luz de una emulsión sensible provoca en los lugares iluminados modificaciones de estructura de los cristales de halogenuro de plata (imagen latente).
Existe una hipótesis según la cual la formación de la imagen latente es debida a que el halogenuro de plata impresionado se convierte en una subsal, que al ser atacada por el revelador en la fase posterior, da lugar a los núcleos de plata elemental.
El revelado es la operación mediante la cual se transforma la imagen latente en imagen visible (en el cuadro 1 se resumen los distintos tipos de revelado). A continuación se detallan algunos de los componentes del baño revelador.
Cuadro 1: Procedimientos de revelado |
Reductores: Son las sustancias que propiamente revelan la imagen latente. En el revelado en blanco y negro uno de los más utilizados es la hidroquinona y en el revelado en color el constituyente principal es una amina aromática. Existe una gran cantidad de compuestos que pueden realizar esta función. En la Tabla 1 aparecen los nombres comerciales de los reductores más utilizados.
Tabla 1: Nombres comerciales de los reductores más utilizados |
Conservantes o preservadores: Evitan en lo posible la combinación del oxígeno del aire con el baño (sulfitos alcalinos, glicerina, formaldehído y los ácidos tartárico, cítrico y acético en pequeñas dosis).
Aceleradores: Aumentan la velocidad del proceso de revelado (KOH, NaOH, Ca2CO3, NaPO4, acetona, formaldehído, acetaldehído).
Moderadores (antiveladores): Evitan la producción de veladuras añadidos en pequeñas dosis (bromuro de potasio, benzotriazol).
Además de estos componentes principales a estos baños también se les añaden otros productos en pequeñas cantidades, como anticalcáreos (hexametafosfato de sodio) o germicidas (pentaclorofenol, pentaclorofenolato).
La función de este baño ácido es detener la reacción reveladora, llevada a cabo en una disolución básica, por disminución del pH hasta neutralización. En este baño se utiliza normalmente el ácido acético, con sulfito sódico como conservante.
Para fijar la imagen se ha de eliminar el haluro de plata que no ha sido revelado, convirtiéndolo en un complejo soluble en agua. Esto se consigue con una disolución de tiosulfato sódico o amónico (producto estable y no tóxico que no reacciona ni con la gelatina ni con la plata revelada), o bien con una disolución de cianuros (en baños fijadores de acción rápida). Los baños fijadores contienen también reguladores de pH (ácido acético, ácido bórico amoníaco...), endurecedores (compuestos de aluminio) y conservadores (sulfito sódico).
En los procesos de fotografía en blanco y negro la fijación se realiza en condiciones ácidas.
El aclarado con agua es esencial para la permanencia de la imagen. Permite la eliminación de sales simples o complejos solubles, las sustancias tampones y los iones halogenuros. Posteriormente se procede al secado de las tiras o películas en grandes hornos de secado (en laboratorios industriales), o bien al aire libre.
Baño de desensibilización previa
La desensibilización del material fotográfico puede realizarse antes o durante el revelado añadiendo pequeñas cantidades de ciertos colorantes (azafraninas, hezanitrodifenilamina, ácido pícrico, crisoidina...) que hacen perder al material sensibilidad sin que desaparezca la imagen latente.
Baño de curtido (tannage) o endurecedor
Sirve para endurecer la gelatina del negativo previamente a someter a éste a otros procesos de reforzamiento o debilitamiento de la imagen. Los productos utilizados son principalmente aldehídos (formaldehído, glutaraldehído, succinaldehído) y los sulfatos dobles hidratados de potasio y cromo o aluminio (alumbre de cromo y aluminio respectivamente).
Baño de blanqueo
Para los procesos en color es necesario el empleo de un blanqueador para quitar la plata metálica indeseable de la emulsión de la imagen definitiva. Para ello se utilizan agentes oxidantes como el ferricianuro, el dicromato potásico o el persulfato amónico, que oxidan la plata metálica a catión plata.
Baño de refuerzo
Permite aumentar el contraste en negativos débiles efectuando un nuevo tratamiento cromógeno después del blanqueado, consistente en la sustitución de la plata por un compuesto más opaco. En estos baños se utilizan compuestos como el cloruro mercúrico, el dicromato potásico, e incluso la hidroquinona.
Baño de debilitamiento o ablandamiento
Se utiliza en trabajos de retoque o bien en casos de sobreexposición para disminuir el contraste en negativos demasiado duros. Como en el baño de blanqueo, actúa eliminando la plata metálica en exceso. Los debilitadores más utilizados son: ferricianuro potásico con hiposulfito sódico, dicromato potásico en medio ácido sulfúrico, permanganato potásico en medio ácido sulfúrico, persulfato amónico, 1, 2, 3-benzotiazol.
Baño de viraje o coloración
Permite modificar el color de las pruebas positivas. El viraje se realiza por sulfuración (acción del sulfuro de sodio) o por tratamiento con sales de oro o de platino (el cloruro de oro o el hexacloroplatinato de potasio).
Es la operación por la cual se obtiene una imagen positiva a partir de una prueba negativa que proviene del revelado. Se efectúa ya sea por contacto del negativo con una superficie sensible, que puede ser un papel o un soporte transparente, o bien por vía óptica en un amplificador.
Las operaciones de manipulación y clasificación de las fotografías, una vez positivadas y antes de su entrega al cliente, conllevan la impresión de huellas digitales, polvo y otras impurezas que habrán de eliminarse. Para este fin se utilizan disolventes como el 1, 1, 1-tricloroetano y el 1, 1, 2-tricloro- 1, 2, 2-trifluoroetano, por lo que se aconseja realizar este trabajo en salas perfectamente ventiladas o bien utilizar máquinas que eviten la contaminación de la atmósfera y el contacto con la piel.
La protección de las fotografías se lleva a cabo con barnices, siendo necesario la utilización de cabinas dotadas de extracción forzada de aire que protejan al operario de los disolventes y eviten el riesgo de explosión. La protección también puede llevarse a cabo montando las fotografías entre hojas de resina sintética.
El proceso fotográfico descrito conlleva la utilización de un gran número de sustancias y preparados químicos (baños), por lo que los trabajadores pueden estar expuestos a los riesgos inherentes a las operaciones que deben realizar (revelado, preparación y vaciado de baños, recuperación o eliminación de productos utilizados, almacenamiento, limpieza de cubetas y herramientas). Asimismo, esta exposición también puede afectar al personal de limpieza y de mantenimiento. La forma de exposición puede ser tanto por vía inhalatoria como por vía dérmica. También pueden tener lugar las vías de entrada digestiva y parenteral.
Por su gran variedad sería poco útil el análisis pormenorizado de cada producto. En su lugar se presentan agrupados según su vía de entrada sobre el organismo.
Entre las lesiones dérmicas causadas por los agentes químicos utilizados para el revelado fotográfico se pueden dar las dermatitis por contacto, tanto de tipo irritativo como de tipo alérgico. Atención aparte merecen las reacciones liquenoides, cuya patogenia no ha sido aclarada aún y que parecen provenir de la combinación de ambos mecanismos. Los principales causantes de este tipo de lesiones son los líquidos reveladores de color derivados de la p-fenilendiamina o estructuras parecidas. El mayor número de casos viene dado por los reveladores CD2, CD3 y TSS, si bien se han dado casos por CD4 y, más raramente, por PBA-1.
La aparición de estas lesiones en zonas no expuestas del cuerpo indica que se producen no sólo por contacto directo sino también por diseminación sistémica tras la inhalación, absorción transepidérmica o ingestión accidental. Existe una clara relación química entre los diversos reveladores de color, lo cual explicaría su posible sensibilización cruzada. Entre los reveladores de blanco y negro raramente se han descrito casos, si bien la hidroquinona posee también poder sensibilizante y puede ocasionar depigmentaciones, produciendo una lesión acrómica conocida como vitíligo profesional.
Cabe mencionar que la manipulación de ácidos y bases concentrados (sosa y potasa cáustica) puede ser origen de dermatitis no alérgica y expone al personal al riesgo de quemaduras en el caso de contacto accidental.
En la Tabla 2 se detallan algunos de los productos utilizados que pueden ocasionar alergia de tipo dérmico.
Tabla 2: Relación de productos que pueden causar alergia dérmica |
De todas formas hay que resaltar el hecho de que este tipo de lesiones se ha reducido mucho dentro de los laboratorios de revelado, gracias al proceso de automatización al que han sido sometidos, dándose con más asiduidad en pequeños sectores como el que forman fotógrafos amateurs, fotógrafos de periódicos o de prensa y otras personas aficionadas a la fotografía que revelan sus propias películas.
Existe también el riesgo de intoxicación sistémica en exposiciones por vía dérmica a algunos productos utilizados. Entre los más peligrosos tenemos las aminas aromáticas, presentes en los reveladores de color o en ciertos baños de reveladores en blanco y negro, y los cianuros, presentes también en algunos baños, ambos con gran facilidad para ser absorbidos a través de la piel.
Esta penetración está facilitada por lesiones de la piel (posibles discontinuidades, heridas ... ).
La inhalación decontaminantes químicos puede producir efectos irreversibles en las personas expuestas a los mismos. Para minimizar el riesgo que ello supone, las concentraciones ambientales de esos contaminantes no deben superar ciertos valores (Valores Límite). En la Tabla 3 figuran los Valores Límite (propuestos por la American Conference of Governmental Hygienists, ACGIH) de algunas de las sustancias presentes en el procedimiento de revelado fotográfico.
Tabla 3: Valores límite * de exposición para algunas sustancias presentes en el ambiente de los laboratorios fotográficos |
* Los valores TLV (Thershold Limit Value)
corresponden a los valores umbrales de exposición establecidos por la ACGIH (American
Conference of Governmental Hygienists): |
Asimismo, en la Tabla 4 se comentan los efectos negativos para la salud de las personas que puede producir la exposición a algunos de los productos utilizados.
Tabla 4: Efectos negativos para la salud de las personas que puede producir la exposición a algunos de los productos utilizados |
Dentro de las diversas tareas a realizar en un laboratorio fotográfico, la operación de revelado, así como el tiraje de copias en la mayoría de las veces (por razones de calidad), poseen la peculiaridad de que deben realizarse en la oscuridad. A parte de las precauciones necesarias y el entrenamiento oportuno que debe llevarse a cabo para evitar accidentes asociados al trabajo en estas condiciones, es necesario proteger por encerramiento o mediante pantallas los lugares donde se utilizan ciertas lámparas emisoras de radiación UV (lámpara de arco o de cuarzo), las cuales pueden provocar al personal la aparición de querato-conjuntivitis o fototraumatismos. Debe limitarse la incidencia directa de la radiación UV sobre los ojos o la piel. Además, cuando las lámparas de radiación UV emiten en longitudes de onda inferiores a 250 nanómetros, puede formarse ozono a partir del oxígeno del aire, por lo que se deberá disponer de un sistema de ventilación capaz de mantener la concentración de ozono por debajo de su valor límite.
Existe también un riesgo mecánico: utilización de utensilios cortantes, como guillotinas para el corte del papel fotográfico; las prensas encoladoras, que pueden provocar pinzamientos y aplastamiento; los órganos de transferencia de las máquinas automáticas, que introducen riesgos de contusiones y aplastamiento.