NORMA 10

Instrucciones de seguridad para el uso y transporte de cloro en botellas de acero

1. OBJETO

   Esta norma fija las instrucciones de seguridad para el uso y transporte de cloro en botellas de acero.

   Esta norma completa las disposiciones generales contenidas en la norma 9, «Instrucciones de seguridad para el uso y transporte de gases comprimidos, licuados y disueltos a presión».

   

2. CAMPO DE APLICACIÓN

   Esta norma se aplica a las botellas de acero, de 1 a 150 litros de capacidad, destinadas a contener cloro.

   Las características constructivas y de recepción de estas botellas quedan definidas en las normas 1, «Cálculo, construcción y recepción de botellas de acero sin soldadura para gases comprimidos, licuados y disueltos»; la 2, «Cálculo, construcción y recepción de botellas soldadas, en acero, para gases comprimidos, licuados y disueltos a presión», y la 8, «Cálculo, construcción de botellas de acero soldadas para cloro».

   

3. CARACTERES FISICO-QUÍMICAS Y PROPIEDADES DEL CLORO

   3.1. Características físico-químicas.

.

Atómico

Molecular

Símbolo

CI

Cl2

Peso

35,457

70,914

.

Gas

Líquido

Densidad

2,49 (aire=1)

1,47(agua=1)

Peso específico

3,214 g/l (0° C, 1 at.)

1,4685 Kg/l (0° C, 1 at.)

Volumen específico

0,311, l/Kg (° C, 1 at)

0,6809 l/Kg. (° C, 1 at)

Calor específico

0,124 Kcal/Kg, șC

0,226 Kcal/Kg., ° C

Temperatura de licuación

-34,1° C

(a -100° C)

Temperatura de solidificación

 

-120,0° C

Calor latente de vaporización

 

64,6 Kca/Kg.

Temperatura crítica

114° C

 

Presión crítica

78,6 Kg/cm2

(a -30° C)

 

   3.2. Propiedad del cloro.

   El cloro, en condiciones normales, es un gas de color amarillo-verdoso, muy denso y de olor sofocante, muy característico, que provoca la tos.

   No es inflamable, ni explosivo, pero es muy tóxico, y, por tanto, debe ponerse el máximo cuidado en su utilización.

   El cloro seco, a temperatura normal, no corroe el acero, el cobre ni el plomo, pero sí el estaño.

   

4. CARACTERÍSTICAS DE LAS BOTELLAS

   Las botellas deberán cumplir las condiciones fijadas en las normas 1, «Cálculo construcción y recepción de botellas de acero sin soldadura para gases comprimidos, licuados y disueltos»- 2, «Cálculo, construcción y recepción de botellas de acero soldadas para gases comprimidos, licuados y disueltos », y 8, «Cálculo, construcción y recepción de botellas de acero soldadas para cloro».

   La capacidad normal de las botellas oscila entre 50 y 100 kilogramos netos de cloro. En algunos casos, pueden utilizarse botellas de otras capacidades.

   - Los recipientes se llenan a razón de 1,25 kg de cloro por litro de capacidad en agua de los mismos

   La temperatura máxima de utilización de las botellas será de 68° C; no es recomendable que la temperatura exceda de 40° C, en condiciones normales de uso.

   Las botellas se pintarán del color distintivo exigido en la norma 4, «Colores de identificación de gases industriales y medicinales contenidos en botellas».

   4.1. Válvulas.

   La válvula se monta en la parte superior de la botella en posición vertical.

   Las botellas irán provistas de una caperuza que sirva para proteger la válvula.

   El orificio lateral de la válvula llevará un tapón roscado que sirva para protegerlo en los períodos en los que no se está utilizando la botella. Este tapón debe ir provisto de una junta de fibra, amianto comprimido o plomo y debe estar colocado y bien apretado en todos los momentos en los que no esté en servicio.

   Entre el racor de la tubería de utilización del cloro y el orificio lateral es necesario intercalar una junta de teflón, amianto comprimido o plomo.

   Para abrir y cerrar las válvulas se utilizará una llave con boca de cuadradillo, sobre la que no debe realizarse un esfuerzo exagerado.

   

5. INSTRUCCIONES PARA EL TRANSPORTE

   5.1. Generalidades.

   No es aconsejable transportar botellas llenas de cloro junto con otros productos envasados, y menos aún con productos a granel, debido a la posible reactividad de éstos con el cloro, con el consiguiente peligro en caso de fugas.

   Si es inevitable realizar este transporte conjunto deberá consultarse al fabricante o proveedor del cloro con objeto de evaluar los posibles riesgos.

   En el caso de su transporte por carretera se ampliará con lo dispuesto en el vigente Reglamento sobre Transporte de Mercancías Peligrosas por Carretera (TPC).

   5.2. Transporte de botellas.

   Las botellas se cargarán en los vehículos de transporte (vagones de ferrocarril o camiones), manejándolas con cuidado, sin someterlas a golpes y evitando arrojarlas desde la plataforma de los vehículos al suelo.

   Las botellas deben colocarse sobre el vehículo en posición vertical, y bien sujetas, con el fin de que durante el transporte todas las botellas deben llevar la caperuza colocada, protegiendo la válvula.

   Si las botellas están tumbadas, las fugas que se producen son, generalmente, de cloro líquido, siendo de cloro gas si su posición es vertical. Si tenemos en cuenta que 1 centímetro cúbico de cloro líquido se transforma en 400 centímetros cúbicos de gas fácilmente se puede comprender las ventajas de transportar las botellas verticales.

   

6. INSTRUCCIONES PARA EL ALMACENAMIENTO

   Los almacenamientos de botellas de cloro deben estar apartados de zonas habitadas o muy frecuentadas. A ser posible debe elegirse un lugar en que las fugas accidentales de cloro no representen riesgos para personas, animales o zonas de cultivo importantes.

   El local o cobertizo debe ser amplio, preferiblemente seco y fresco, de fácil acceso y evacuación, y debe mantenerse siempre limpio y bien ventilado. Si el local es cerrado deberá tener por lo menos dos puertas de acceso, situadas en posición opuesta que deben abrir hacia afuera. El piso debe ser liso y bien nivelado.

   Los envases deben estar protegidos de los rayos solares y apartados de cualquier otra fuente de calor (radiadores, salidas de aire caliente, etc.)

   Las botellas de cloro deben ser almacenadas de pie, ordenadamente en filas dejando entre ellas pasillos, de forma que todos los envases sean fácilmente accesibles.

   

7. INSTRUCCIONES PARA EL USO

   Como norma general las botellas deben permanecer siempre en posición vertical. Las botellas llenas deben manejarse siempre, en posición vertical o ligeramente inclinadas, haciéndolas girar sobre su base. Para este movimiento hay que asir el envase por el cuerpo y no por la caperuza de protección que podría desenroscarse. Pueden utilizarse carretillas de mano especiales provistas de una sujeción de seguridad en el tercio superior.

   Deben evitarse los golpes y las caídas de las botellas, ya que el peligro que implica el manejo de envase de cloro está siempre ligado al trato que éstas reciban.

   7.1. Utilización.

   Durante su utilización deben permanecer en posición vertical.

   Para poder comprobar en cada momento el consumo de cloro se recomienda colocar las botellas sobre una báscula y en función de la tara que viene marcada sobre la ojiva se determinará la cantidad de cloro que queda en la botella.

   A la temperatura de 20-25° C, la capacidad de vaporización de una botella es de 1 a 3 kg/h. Si se precisa un caudal de gas más elevado pueden colocarse las botellas dentro de agua a temperatura normal o tibia, pero sin exceder de 40° C. En este caso conviene renovar el agua periódicamente para mantener la temperatura y si fuera posible someterla a una ducha continua.

   7.2. Observaciones importantes sobre la utilización del cloro en botellas.

   Cuando el cloro líquido de las botellas se ha vaporizado totalmente, el cloro gas que se encuentra en el interior puede provocar aspiración sobre los aparatos de utilización. Los líquidos así introducidos provocan, generalmente, en presencia del cloro, una corrosión activa del metal con destrucción del envase. En los centros de llenado pueden producirse explosiones por reacción violenta entre el cloro líquido y el líquido introducido (especialmente en caso de cloraciones orgánicas). Es por tanto muy importante desacoplar la botella cuando está vacía, cerrando previamente la válvula y utilizar, para evitar el retroceso del gas, un dispositivo de retención adecuado.

   La total vaporización del cloro líquido de la botella se puede comprobar mediante una de las siguientes formas:

   - Cuando el poso sea igual a la tara.

   - Cuando la presión del cloro descienda entre 1 y 2 kg/cm2.

   Cuando por no haberse tenido en cuenta las exigencias anteriormente mencionadas hubiera podido introducirse cualquier tipo de líquido o gas en una botella de cloro ésta deberá ser devuelta al proveedor con indicación de las causas de tal devolución.

   En ambos casos no hay cloro líquido en el envase, solamente un poco de gas cuyo peso es insignificante. Por ello es recomendable colocar un manómetro en el circuito de utilización y desconectar la botella cuando se produzca una caída de presión igual a la anteriormente mencionada. Cuando la botella está fuera de servicio se colocará el tapón de protección rosca-válvula.

   7.3. Maniobras en la válvula con la botella llena.

   Las maniobras normales deben ejecutarse sin esfuerzo importante, no usando martillos ni llaves de longitud superior a 25 centímetros.

   Cuando se observe cualquier anomalía, así como para efectuar el cambio de estopa, la botella deberá devolverse al proveedor o al fabricante.

   7.4. Intervenciones prohibidas en la válvula.

   Se prohibe llevar a cabo una o varias de las siguientes operaciones:

   - Realizar cualquier maniobra con una llave de longitud superior a 25 centímetros o con un martillo.

    Lubricar el vástago con grasa, aceite o cualquier otra materia orgánica.

   - Calentar la válvula con una llama.

   - Intentar reparar cualquier defecto que pudiera aparecer en la válvula (en este caso la botella deberá enviarse al proveedor).

   

8. MEDIDAS DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD

   El cloro es una sustancia extremadamente agresiva y corrosiva que habitualmente se maneja, en pequeñas o grandes cantidades, por millares de productores y usuarios. El peligro en su manipulación se reduce enormemente conociendo sus propiedades y observando cuidadosamente una serie de precauciones. Los pocos accidentes que se producen son debidos casi siempre a un desconocimiento de estas propiedades o a un descuido, por lo que es necesario seleccionar e instruir convenientemente al personal encargado de su manipulación.

   8.1. Reglas prácticas.

   El personal que trabaja con cloro debe estar especializado en su manejo, y debe mantenerse al día en esta especialización. Conviene limitar el acceso a las zonas en que se maneje o almacene cloro, ya que ante un incidente incluso leve (ligeras emanaciones de cloro por ejemplo) las personas no habituadas al uso de este gas pueden producir confusión.

   8.1.1. Protección respiratoria.

   Toda persona que ha de manipular cloro deber tener a su disposición, en el local de trabajo, una máscara antigás con filtro para cloro, que se encuentre en buen estado de conservación. Asimismo debe estar acostumbrado a usarla y especialmente a colocársela rápidamente y de manera segura. Para ello es preciso realizar ejercicios prácticos.

   Al recibir una máscara hay que asegurarse de:

   - Que la talla es la conveniente, o sea, que se acopla herméticamente. Para ello se tapa el agujero de respiración con la palma de la mano. En caso de que la respiración sea posible habrá que considerar la máscara como defectuosa o demasiado grande.

   - ue esté en buen estado.

   La mejor protección se obtiene con los equipos respiratorios autónomos que permiten trabajar en una atmósfera de cloro durante treinta minutos. Es muy conveniente que los usuarios de cloro posean algunos de estos equipos ( aparte de la previsión de máscaras antigás, que es completamente necesaria).

   8.1.2. Medidas en caso de fugas de cloro.

   Si se produce una fuga de cloro hay que tratar de eliminarla lo antes posible. El operario realizará estas operaciones provisto de máscaras antigás.

   Para taponar las posibles fugas, se pueden aplicar algunos de los siguientes procedimientos:

   - Colocar cemento rápido en la fisura donde se produce el escape. Si la fuga se produce a través de la válvula se colocará cemento en masa encima de la misma y seguidamente la caperuza, formándose un bloque compacto.

   - Si existen poros o la fuga es pequeña se puede emplear mastic o masilla.

   - Dependiendo del tamaño de la fuga, se podrán emplear materiales blandos, tales como aluminio, cobre, cuñas de madera, etc.

   Si es imposible taponar la fuga rápidamente, se aconseja:

   - Transportar inmediatamente el envase al aire libre, lejos de locales habitados.

   - Colocar el envase de manera que el punto de fuga sea el más alto posible, con lo que solamente saldrá cloro gas que al enfriarse reduce considerablemente la evaporación.

   

9. PROTECCIÓN CONTRA INCENDIOS

   El cloro no es inflamable y, por sí mismo, tampoco es una materia explosiva. Sin embargo a una temperatura de 70° C o superior la botella puede explotar debido al aumento de volumen del cloro líquido que contiene.

   En caso de producirse un incendio en las proximidades de las botellas de cloro, lo primero que hay que hacer es alejar los envases del foco caliente. Si ello no fuera posible, es imprescindible mojarlas abundantemente con agua, a ser posible pulverizada, para evitar que las botellas adquieran temperaturas que pudieran provocar su explosión.

   En caso de incendios, se emplearán extintores de polvo para proteger las zonas donde exista escape de cloro.

   

10. TRATAMIENTO EN CASO DE ACCIDENTE

   10.1. Efectos del cloro.

   El cloro provoca graves irritaciones en los ojos, siendo especialmente agresivo sobre la mucosa de la nariz, garganta y vías respiratorias. Los efectos son proporcionales a la concentración y al tiempo de exposición. Una breve inhalación de cloro a elevada temperatura ocasiona lesiones bronquiales. Si se prolonga la permanencia en la atmósfera clorada, puede desarrollarse en el individuo un edema de pulmón agudo.

   10.2. Comportamiento a observar en caso de escape de cloro.

   Cualquier eventual escape de cloro puede ser localizado con bastante rapidez, para ello se puede pulverizar o rociar con una disolución de amoníaco la zona o lugar donde se sospecha que existe fuga de cloro. Se puede utilizar, por ejemplo, un frasco de plástico blanco provisto de pulverizador en su boca. También se puede detectar aproximando a la zona un trapo empapado con dicho reactivo.

   En ambos casos se forman humos blancos de cloruro amónico que son fácilmente visibles.

   Cuando se produzcan escapes de cloro habrán de tenerse en cuenta las siguientes consideraciones:

   - Solamente las personas especialmente adiestradas y provistas del equipo de seguridad podrán permanecer en un local contaminado para realizar las maniobras precisas para su neutralización.

   - Cualquier persona desprovista de máscaras y que se encuentre en la zona contaminada deberá procurar no respirar profundamente si no es a través de un pañuelo, hasta que se encuentre al abrigo de las emanaciones.

   - En caso de proyección sobre la piel o los vestidos, el cloro líquido puede provocar graves lesiones ocasionando quemaduras.

   - En caso de proyección sobre la cara y los ojos, el cloro líquido provoca una fuerte irritación de los mismos, acompañada de lagrimeo, enrojecimiento y quemaduras de la mucosa, con posibles lesiones de córnea. El cloro gaseoso provoca síntomas de irritación cuya gravedad depende de la concentración del mismo.

   - Para evitar los efectos perjudiciales de una nube de cloro será muy conveniente:

         a) Evitar el pánico y no correr, pues la aceleración de la respiración aumenta la acción nociva del cloro.

         b) Evitar toser.

         c) Mantener la boca cerrada.

         d) Respirar poco y rápidamente para no llenar los pulmones de aire viciado.

   10.3. Primeros auxilios.

   - Separar al accidentado de la fuente de contaminación.

   -Despojar rápidamente al accidentado de cualquier prenda salpicada de cloro, evitando respirar los vapores que se desprenden, y sacarla lo antes posible al exterior.

   - Lavar abundantemente (bajo ducha si es necesario) la piel afectada, con agua y jabón, al menos durante quince minutos.

   - Secar cuidadosamente con una toalla limpia, sin frotar.

   - Evitar que el accidentado se enfríe.

   - Llamar al Médico inmediatamente, indicándole la causa del accidente y estado del paciente.

   - Si el intoxicado deja de respirar, practicarle la respiración artificial.

   - Si hay un paro cardiaco dar masajes al corazón, acompañado de respiración boca a boca.

   - Mantener al intoxicado en un reposo absoluto, en un espacio bien ventilado, abrigándole, animándole y tratando de calmar su excitación.

   10.4. Tratamiento médico de los lesionados por cloro gaseoso.

   Estos tratamientos se suministrarán siempre bajo prescripción facultativa:

   - Además de oxígeno puede suministrarse hiposulfito sódico en forma de aerosol o en los primeros momentos hiposulfín ascórbico por vía intravenosa.

   - En los casos más graves parece recomendable la heparina por vía intravenosa.

   También por vía intravenosa 1/4 de miligramo de estrofantina asociada con un suero glucosado hipertónico y una sangría de 300-500 centímetros cúbicos si el enfermo no está en colapso.