p. 1. Decimonovena letra del abecedario español y decimosexta del orden latino internacional. Su nombre es femenino: (la) pe; su plural es pes.

2. Con esta letra se representa en la escritura el sonido consonántico bilabial oclusivo sordo /p/.

3. Debe evitarse en la pronunciación cualquier deformación del sonido /p/, lo que a veces ocurre cuando va en posición final de sílaba seguido de c, s o t: *[konseksión, konzekzión] por concepción, *[káksula] o *[káusula] por cápsula, *[adoztár] por adoptar; así como su pérdida cuando va seguido de s: *[eklíse] por eclipse, *[autósia] por autopsia.

4. En posición inicial de palabra, el grupo ps-, resultado de la transcripción de la letra griega psi, está presente en numerosas palabras cultas formadas sobre raíces o palabras griegas que comienzan por esta letra (psyché ‘alma’, pseudo- ‘falso’, psitakkós ‘papagayo’, etc.). En todos los casos se admite en la escritura la simplificación del grupo ps- en s-, grafía que se corresponde con la pronunciación normal de las palabras que contienen este grupo inicial, en las que la p- no suele articularse: sicología, sicosis, sitacismo, sicrómetro, seudoprofeta, etc. No obstante, la norma culta sigue prefiriendo la grafía con ps-: psicología, psicosis, psitacismo, psicrómetro, pseudoprofeta, etc., salvo en las palabras seudónimo y seudópodo, que se escriben normalmente sin p-.

5. En algunas palabras se mantiene el grupo inicial pt-, presente en voces cultas de origen griego o formadas sobre raíces griegas: pteridofito, pterodáctilo, ptosis, etc., aunque lo normal ha sido que las palabras procedentes de voces o raíces con grupo pt- inicial en griego se hayan incorporado al español sin p-: tisana, tialina, tialismo, Tolomeo, tomaína, etc. Sin embargo, la conservación del grupo pt- es muy frecuente en el vocabulario científico-técnico.

6. En el grupo -pt- en posición interior de palabra, la p se relaja considerablemente en la pronunciación, pero solo es corriente su pérdida en casos como séptimo o septiembre (que se pronuncian en el habla espontánea, al menos en España, [sétimo, setiémbre]). En todos los demás casos (abrupto, aceptar, concepto, corrupto, Egipto, óptimo, etc.), la reducción de -pt- a -t- debe evitarse. Y aunque el DRAE admite como válidas las grafías sétimo y setiembre, en el uso culto se prefieren decididamente las grafías con -pt-. Constituyen una excepción a esta regla las palabras de la familia de escribir, que por influencia de escrito (forma usual hoy frente a la anticuada escripto), se escriben preferiblemente sin -p-: adscrito, descrito, inscrito, suscrito, transcrito, etc. (aunque en algunas zonas de América, especialmente en la Argentina, son de uso normal las formas con -pt-). No obstante, cuando acaban en -tor conservan la -p- en todas las zonas del ámbito hispánico: inscriptor, descriptor, suscriptor, transcriptor, etc.