acento1. No hay razón alguna
para censurar las locuciones verbales poner o cargar el acento en o sobre
algo (‘hacer hincapié, poner énfasis, dar mayor importancia’), existentes
también en otras lenguas como el inglés (to lay stress upon) o el francés (mettre
l’accent sur), y que se documentan en español desde el primer tercio
del siglo xx: «El cuento
es la simple narración de peripecias. El acento en la fisiología del cuento
carga sobre estas» (Ortega Artículos [Esp. 1917-33]); «Ortega ha
puesto el acento en la vocación nobiliaria de Velázquez como punto esencial
para la interpretación del carácter [...] del artista» (Lafuente H.ª pintura
[Esp. 1946-53]). La palabra acento tiene en estas locuciones el
sentido figurado de ‘importancia, relieve particular que se da a determinadas
ideas, palabras, hechos, fines, etc.’, que se apoya en uno de los sentidos del
verbo acentuar
‘intensificar, realzar’, que comenzó a adquirir gran difusión a partir de la
segunda mitad del siglo xix: «A estas
causas indicadas pueden agregarse otras que [...] contribuyen
a acentuar la crisis por que atraviesa la filosofía» (Ganivet España
[Esp. 1890]).