Término genérico aplicado originalmente a las telas tejidas, pero que hoy se utiliza también para filamentos, hilazas e hilos sintéticos, así como para los materiales tejidos, hilados, fieltrados, acolchados, trenzados, adheridos, anudados o bordados que se fabrican a partir de los mismos. También se usa para referirse a telas no tejidas producidas mediante la unión mecánica o química de fibras.
Fibras textiles
El término fibras
textiles se refiere a las que se pueden hilar o utilizar para fabricar telas
mediante operaciones como tejido, trenzado o fieltrado.
El tejido, una de las primeras actividades artesanales, ya se practicaba en el neolítico.
Lino
Los primeros en utilizar el lino fueron los antiguos egipcios. También producían textiles con
algodón importado de la India.
Lana
Las ovejas se criaban
por su lana además de por su carne y su piel en toda la zona mediterránea.
La mejor lana procedía de las ovejas merinas criadas en Castilla (España).
Posteriormente los belgas aprendieron a fabricar textiles de lana de gran calidad y
enseñaron esta artesanía a los sajones de Gran Bretaña, que también fueron famosos por
sus excelentes tejidos.
Algodón
Aunque el algodón
es la fibra textil más común en la actualidad, fue la última fibra natural en alcanzar
importancia comercial. Los primeros colonos ingleses ya cultivaban algodón; con la
introducción de la desmotadora de algodón, inventada en 1793 por el estadounidense Eli
Whitney, el algodón se convirtió en la fibra más importante del mundo en cuanto a su
cantidad, su bajo costo y su utilidad.
Seda
Aunque durante muchos siglos se exportaron seda China en bruto y tejida a los países
mediterráneos, la fuente de dicha fibra no fue conocida por los europeos hasta el siglo
VI, cuando se trajeron de contrabando a Occidente huevos del gusano de seda.
Fibras
sintéticas
La belleza y el precio de la seda estimularon a muchos de los primeros científicos a
desarrollar una fibra que se pareciera al hilo del gusano de seda. El proceso de
Chardonnet, que seguía el principio sugerido por químicos anteriores, consistía en
forzar el paso de un líquido viscoso a través de pequeñas toberas (denominadas
boquillas de hilatura) y endurecer el fluido para formar hilo coagulándolo en un baño
químico.
El nailon se introdujo en la década de 1930. Esta fibra, más resistente que la seda, se
utiliza mucho en la confección de prendas de vestir, calcetería, tela de paracaídas y
cuerdas. A partir de 1940 muchas otras fibras sintéticas alcanzaron importancia en la
industria textil, como el poliéster, el polivinilo y el polietileno.
La utilización de fibras artificiales condujo a numerosos cambios en la economía textil,
debido a que los métodos de producción y características físicas de estas fibras
podían adaptarse para cumplir requisitos específicos. Los países altamente
industrializados, que antes estaban obligados a importar algodón y lana como materias
primas para los textiles, pasaron a fabricar sus propias fibras a partir de recursos
disponibles como el carbón, el petróleo o la celulosa. El desarrollo de las fibras
sintéticas llevó a la producción de nuevos tipos de tejidos, duraderos y de fácil
lavado y planchado.
Las ocupaciones de este subgrupo se clasifican en los grupos primarios siguientes:
Procesado de la fibra
La fibra de algodón, el vellón de las ovejas o el lino deben ser procesados antes de
hilarlos. El algodón en bruto se procesa con la desmotadora, que elimina las semillas y
otras impurezas, antes de ser transportado en balas a la hilatura. Para obtener a partir
del lino una fibra susceptible de ser hilada se utilizan diversas operaciones mecánicas y
químicas. La lana debe ser clasificada y lavada antes de su hilado. La seda se desenrolla
de los capullos después de ablandar la goma natural en agua caliente, lo que permite una
separación fácil sin romper las finas fibras. Los filamentos continuos se agrupan y se
tuercen para formar hilos de varias hebras; los filamentos rotos y el material de desecho
se hilan de forma similar a la empleada para las fibras de algodón, lana o lino.
Las fibras sintéticas se suministran en forma de filamentos o de fibras cortas; la fibra
de filamento continuo se convierte en hilo igual que la seda. Las fibras sintéticas
cortas se procesan antes del hilado de forma similar al algodón crudo o la lana.
Hilado
Para obtener hilo a partir de filamentos continuos basta torcerlos, pero en el caso de las
fibras cortas hay que cardarlas para combinar las fibras en una estructura continua
semejante a la de una cuerda, peinarlas para estirar las fibras largas y torcer las hebras
continuas resultantes. El torcer más o menos los hilos determina algunas de sus
características; una torsión ligera proporciona telas de superficie suave, mientras que
los hilos muy torcidos producen tejidos de superficie dura, resistentes a la abrasión y
menos propensos a ensuciarse y arrugarse; sin embargo, los tejidos hechos con hilos muy
torcidos encogen más.
Tejido
Para tejer se utiliza el telar y dos conjuntos de hilos, denominados respectivamente
urdimbre (o pie) y trama. Los hilos de la urdimbre van a lo largo del telar, mientras que
los de la trama van en dirección transversal.
La urdimbre está arrollada en enormes bobinas llamadas enjulios o enjullos, situadas a los pies del telar, y se enhebra en el telar formando una serie de hilos paralelos. La trama se suministra por los lados del telar desde unas bobinas que se cambian automática o manualmente cuando se acaba el hilo.
La lanzadera del telar hace pasar los hilos de la trama a través del telar, entrelazándolos perpendicularmente con la urdimbre. Modificando el número de hilos de la urdimbre y alterando la secuencia con la que se levantan o se bajan se logran diferentes dibujos y texturas. Durante el tejido, una capa protectora provisional conocida como imprimación protege los hilos de la urdimbre para evitar que se dañen.
Telas de punto
El tejido de malla, consiste en formar una rejilla entrelazando hilo mediante agujas
manuales o automáticas en una serie de lazadas unidas entre sí.
Hasta 1589 todas las labores de punto se hacían a mano. William Lee inventó una máquina
para tejer medias, prohibida en Inglaterra, porque se consideraba una amenaza para
los tejedores. La
máquina se utilizó en otros países y preparó el camino para posteriores mejoras. A
principios del siglo XIX, Marc Isambard Brunel inventó un bastidor circular al que
denominó tricoteur. En 1864, el también británico William Cotton introdujo una mejora
en las máquinas mecánicas que pasó a ser conocida como sistema de Cotton.
La máquina mejorada podía dar forma a los talones y punteras de medias y calcetines y
sentó las bases para las modernas máquinas de confección completa. Las tejedoras
automáticas se introdujeron por primera vez en 1889.
Teñido y estampado
Los textiles pueden teñirse de distintas formas: las telas pueden colorearse una vez
tejidas (tinte en la pieza), pueden teñirse las fibras sueltas en una cuba
(tinte en bruto) y, por último, puede teñirse el hilo o filamento antes de tejerlo
(tinte en el hilo).
Los hilos sintéticos también pueden recibir un tinte previo
incorporando pigmentos coloreados en la solución de hilado antes de extruir los
filamentos a través de las boquillas de hilatura (tinte en masa o solución).
El principal método para estampar dibujos en textiles es el huecograbado mediante
rodillos; en este proceso el dibujo se graba en rodillos de cobre (un rodillo para cada
color) y se llenan las depresiones de los rodillos con pasta de estampado; a continuación
se pasa la tela por los rodillos. Otro proceso de estampado es la impresión en relieve;
en este caso, el dibujo está elevado sobre la superficie del rodillo y las partes altas
se cubren con tinta. El estampado con retícula se realiza trazando el dibujo en una
retícula plana o cilíndrica que sirve como plantilla, la cual se coloca sobre el tejido
y se aplica el tinte haciéndolo pasar por las aberturas de la plantilla. El estampado
manual con retícula está siendo sustituido por máquinas automáticas.
Otros procesos de acabado
Además del teñido y el estampado, la tela recibe otros acabados para mejorar su aspecto
y cualidades, como por ejemplo tratamientos para mejorar la resistencia a las arrugas en
textiles como el algodón, el lino o el rayón hilado, que no tienen la elasticidad de la
lana o la seda. Los últimos avances en cuanto a acabados resistentes a las arrugas son
los de planchado duradero o planchado permanente; además de lograr resistencia a las
arrugas, estos acabados proporcionan pliegues permanentes.
Mediante diversos tratamientos químicos también es posible mejorar la resistencia al encogido, a las manchas y a la suciedad.
Otros procesos de acabado protegen contra el deslizamiento de los hilos o contra los daños provocados por el moho, las polillas o el fuego.
Tipos de textiles
Variando el método de tejido es posible producir muchas telas diferentes.
Tejido liso o de tafetán (tafeta)
El método básico de tejido, en el que cada hilo de la urdimbre se entrelaza con el hilo
de la trama, se denomina tejido liso o de tafetán. Otras variaciones del tejido liso son
el tejido reticulado o el tejido acanalado.
Tejido cruzado
El tejido cruzado se caracteriza por las líneas diagonales muy marcadas producidas por el
entrelazado de dos hilos de la urdimbre con un hilo de la trama en filas alternas. El
tejido cruzado proporciona a la tela una gran resistencia, útil para prendas de trabajo.
Tejido de satén
Los satenes tienen una textura más densa que los tejidos cruzados, pero su principal
característica es la suavidad que se consigue a expensas de la resistencia. La superficie
suave del tejido de satén se logra pasando los hilos de la urdimbre encima de unos
cuantos hilos de la trama, con un entrelazado mínimo; la reflexión de la luz en los
hilos libres produce su brillo característico.
Tejidos de lizo y de jacquard
Estos dos sistemas se utilizan para fabricar telas con dibujo. Los motivos pequeños y
repetitivos usados en telas para camisas o vestidos, se producen mediante tejido de lizo.
Los dibujos más complicados se fabrican con telares de jacquard.
Tejidos de pelo o de hilos
levantados
Algunos tejidos de pelo, como el terciopelo, el peluche, la pana y la felpa se fabrican
combinando el tejido liso con el uso de alambres que sacan de la tela hilos adicionales de
la trama o la urdimbre y forman bucles que constituyen el pelo. En la felpa, los bucles no
están cortados, a diferencia de lo que ocurre con el terciopelo. Las telas de pelo
también pueden fabricarse tejiendo dos telas de pelo frente a frente y cortando
posteriormente los hilos que las unen; este proceso es más económico que el corte de
bucles necesario para fabricar terciopelo. Las alfombras tejidas también se fabrican con
la técnica de tejido de pelo.
Elección de las fibras
Los nombres de los tejidos indican el método de entrelazar los hilos y no la fibra que
contienen. Cualquier fibra o combinación de fibras puede usarse con cualquier clase de
tejido. Inicialmente algunos tejidos sólo estaban asociados con una fibra determinada.
La introducción de fibras sintéticas ha hecho que se estudie el contenido de fibra más
apropiado para las distintas aplicaciones. Las características deseadas se logran
mediante diversas combinaciones y mezclas de fibras, métodos de tejido y procesos de
tinte y acabado.
Textiles no tejidos
La estructura textil de una tela no tejida se logra uniendo o entrelazando las fibras con
métodos mecánicos, químicos o térmicos, utilizando disolventes o combinando los
métodos anteriores.
Los principales sistemas son la unión con resina y la unión de fibras termoplásticas.
En el primero de ellos, la resina se pulveriza o se aplica en forma de espuma directamente sobre el retículo de fibras que va saliendo de la máquina formadora; a continuación, el retículo se seca, se polimeriza mediante calor y en algunos casos se plancha.
En la adhesión termoplástica se mezcla con la fibra de base una fibra termoplástica con menor punto de fusión, formando un retículo, el cual se prensa entre rodillos calientes que adhieren las fibras termoplásticas a las fibras de base.
El principal método mecánico para producir textiles no tejidos es el uso de una troqueladora de agujas diseñada básicamente para producir mantas; esta máquina utiliza pequeñas agujas con ganchos para entrelazar las fibras.
Aplicaciones de los textiles
Además de prendas de vestir y objetos domésticos, los textiles se usan en productos
industriales como filtros para acondicionadores de aire, balsas salvavidas, cintas
transportadoras, carpas, neumáticos de automóvil, piscinas, cascos de seguridad o
ventiladores de mina.
En muchas aplicaciones los textiles con recubrimientos protectores de plástico proporcionan mayor flexibilidad, menor peso y mejores resultados que los metales. Aunque para los productos industriales se utiliza toda clase de fibras, muchos se fabrican con una combinación de fibras sintéticas sobre una base de algodón.
Normativas gubernamentales
En algunos países se han aprobado leyes para obligar a la identificación del contenido
de fibras, independientemente de la calidad del tejido.
En los tejidos de punto hay que indicar el porcentaje de fibras de lana, y la etiqueta debe indicar si se trata de lana virgen (que nunca ha sido procesada), reprocesada (lana recuperada del procesado de lana virgen) o reutilizada (recuperada de productos de lana usados).
Otras normativas de algunos países rigen los acabados de los textiles, como la protección contra el encogido, el ignifugado o el lastrado, que consiste en añadir sales metálicas a tejidos delicados como la seda para darles más cuerpo.
También se han establecido de forma legal normas de seguridad con respecto a la inflamabilidad de los tejidos utilizados en prendas de vestir.
Enciclopedia OIT (PDF)