Término general que se aplica al proceso a través del cual los
seres humanos diseñan herramientas y máquinas para incrementar su control y su
comprensión del entorno material. El término proviene de las palabras griegas tecné,
que significa 'arte' u 'oficio', y logos, 'conocimiento' o 'ciencia', área de estudio;
por tanto, la tecnología es el estudio o ciencia de los oficios.
Algunos historiadores científicos argumentan que la tecnología no es sólo una
condición esencial para la civilización avanzada y muchas veces industrial, sino que
también la velocidad del cambio tecnológico ha desarrollado su propio ímpetu en los
últimos siglos. Las innovaciones parecen surgir a un ritmo que se incrementa en
progresión geométrica, sin tener en cuenta los límites geográficos ni los sistemas
políticos. Estas innovaciones tienden a transformar los sistemas de cultura
tradicionales, produciéndose con frecuencia consecuencias sociales inesperadas. Por ello,
la tecnología debe concebirse como un proceso creativo y destructivo a la vez.
Ciencia y tecnología
Los significados de los términos ciencia y tecnología han variado significativamente de
una generación a otra. Sin embargo, se encuentran más similitudes que diferencias entre
ambos términos.
Tanto la ciencia como la tecnología implican un proceso intelectual, ambas se refieren a
relaciones causales dentro del mundo material y emplean una metodología experimental que
tiene como resultado demostraciones empíricas que pueden verificarse mediante
repetición. La ciencia, al menos en teoría, está menos relacionada con el sentido
práctico de sus resultados y se refiere más al desarrollo de leyes generales; pero la
ciencia práctica y la tecnología están inextricablemente relacionadas entre sí. La
interacción variable de las dos puede observarse en el desarrollo histórico de algunos
sectores.
En realidad, el concepto de que la ciencia proporciona las ideas para las innovaciones
tecnológicas, y que la investigación pura, por tanto, es fundamental para cualquier
avance significativo de la civilización industrial tiene mucho de mito. La mayoría de
los grandes cambios de la civilización industrial no tuvieron su origen en los
laboratorios. Las herramientas y los procesos fundamentales en los campos de la mecánica,
la química, la astronomía, la metalurgia y la hidráulica fueron desarrollados antes de
que se descubrieran las leyes que los gobernaban. Por ejemplo, la máquina de vapor era de
uso común antes de que la ciencia de la termodinámica dilucidara los principios físicos
que sostenían sus operaciones. Sin embargo, algunas actividades tecnológicas modernas,
como la astronáutica y la energía nuclear, dependen de la ciencia.
En los últimos años se ha desarrollado una distinción radical entre ciencia y
tecnología. Con frecuencia los avances científicos soportan una fuerte oposición, pero
en los últimos tiempos muchas personas han llegado a temer más a la tecnología que a la
ciencia.
Para estas personas, la ciencia puede percibirse como una fuente objetiva y serena de las
leyes eternas de la naturaleza, mientras que estiman que las manifestaciones de la
tecnología son algo fuera de control.