La palabra "fiabilidad" de un sistema de maquinaria,
hace referencia a la "seguridad" del mismo.
Desde el punto de vista de una metodología técnica: "La fiabilidad de un sistema es
la probabilidad de que lleve a cabo la función que se requiere del mismo, de la manera
deseada, en condiciones pertinentes y eventualmente o durante los intervalos de tiempo en
que se requiere que funcione así".
Esta metodología se ha aplicado en el campo de la aeronáutica, la electrónica, y los
equipos militares. Se ha extendido en el campo industrial cuando se trata de
"eficacia" (análisis de coste/beneficio) y de "seguridad" (en el
sentido de análisis de riesgos).
Son útiles para la planificación de la seguridad y prevención de riesgos, ya desde la
fase de construcción o diseño del proceso, o bien como análisis de las características
de los riesgos en su puesta en marcha, utilizando diferentes metodologías.
SEGURIDAD, ANÁLISIS DE SISTEMAS
Un sistema de maquinaria es un conjunto de componentes que son inter-dependientes y que
forman en conjunto una función. Otras veces, se refiere también al conjunto de personas
que intervienen en su manejo.
Por ejemplo, lo que antiguamente se llamaba "sistema hombre-máquina", y que
posteriormente otras técnicas como la ergonomía, modificaron por los criterios de
seguridad y confort en la adaptación del trabajo o la máquina a la persona.
El nivel de seguridad de un sistema, se valora según el número de accidentes o
incidentes que ocurran en un periodo de tiempo, y se cataloga según los mismos, (gravedad
de consecuencias).
El análisis de sistemas se basa en estudiar estas condiciones o agentes de riesgo, o las
combinaciones de las mismas, para aportar los procedimientos de prevención.
El análisis puede hacerse de forma preventiva pura, es decir, antes de que ocurra ningún
suceso (accidente o incidente), o bien, cuando ya ocurrió, lo cual es igualmente
importante para descubrir fallos o errores a modificar. Pueden considerarse
complementarios.
Este análisis puede hacerse partiendo de unas consecuencias (conocidas o figuradas) para
ir analizando las posibles causas e intervenir sobre ellas.
O bien, a partir de las causas (conocidas o supuestas también), desarrollar las
consecuencias que pudieran ocurrir.
La observación y conclusiones, deben ser lo más objetivas posible. Se debe evitar
cualquier fuente de posible error en la recopilación de datos, o en la elaboración del
método para asegurar la mejor aproximación a la realidad.
No pueden olvidarse datos que tienen una influencia asociada en el diseño de la
prevención como el tipo de horarios o turnos de trabajo, volumen de plantilla, reparto de
las responsabilidades, grado de formación del personal, tipo de organización, etc. Así
como el nivel de análisis en donde se lleva la consideración de situar la acción
preventiva más eficaz (en dónde se actúa, o sobre qué factor de riesgo, y métodos),
etc.
Todo ello, son modificaciones que pudieran crear diseños preventivos muy diferentes.