RADON

RADIO Y TORIO
El radio y torio se encuentran en la corteza terrestre descompuestos en los gases nobles radiactivos Rn 222 (radón) y Rn 220 (torón), que se propagan desde el terreno a la atmósfera. El radón se produce y se desprende continuamente en la atmósfera de las minas de uranio.
El radón y torón sufren una desintegración radiactiva rápida, y los descendientes inmediatos de la misma se caracterizan por una vida relativamente corta.
- La exposición tiene lugar en minas de uranio, procesos de tratamiento de minerales de uranio y torio (torio, mesotorio, radiotorio, torio-x), trabajos con radio y sus compuestos. La población tiene una exposición muy baja.

RIESGOS
- El radón y torón pueden penetrar por inhalación, ingestión y a través de la piel. El radón tiende a depositarse en los tejidos grasos. Causan cáncer de pulmón (fundamentalmente por inhalación).
Los descendientes se consideran más peligrosos: forman depósitos activos en los pulmones y afectan además a varios órganos, causando sobre todo lesiones en riñones.
Prácticamente todo el radón se elimina por el aire exhalado en unas 6-7 horas, mientras que los descendientes se eliminan por orina y heces. El torón se elimina más lentamente y plantea mayor riesgo que el radón.

PREVENCIÓN
- Operaciones de trabajo de forma aislada, en sistemas mecanizados con blindajes herméticos. Asociar sistemas de ventilación adecuada (Ejemplo: renovación completa del aire, al menos cada 17 minutos, con sistemas de filtros para la retención parcial de radón y torón), y de evacuación del agua que contenga radón disuelto.
- Control y mediciones de las radiaciones ambientales (alfa y gamma). El control ambiental seguirá los procedimientos seguidos para los gases inertes químicamente, y se utilizan cámaras de ionización y de centelleo.
- En casos especiales puede ser necesario el uso de protección personal: máscaras respiratorias con alimentación de aire, o con filtro de extracción de elevado rendimiento para partículas menores de 5 milimicras de diámetro.
- Revisiones médicas, sobre todo de: vías respiratorias, capacidad funcional de órganos (sobre todo de los riñones), y análisis detallados de sangre y orina. Se repetirán periódicamente, al menos cada seis meses.
Control biológico: mediante la determinación de radón y torón en el aire exhalado de las personas, o bien por determinación de los niveles de 210-Po y 210-Pb en orina.