Se trata de establecer los medios para la protección de las
personas en general (incluidos los efectos sobre la descendencia, pues hay efectos
somáticos y hereditarios) y del medio ambiente.
El objetivo de la protección radiactiva es al menos evitar los efectos no aleatorios (los
que se van a producir con seguridad) y limitar los aleatorios (son los que se consideran
con "probabilidad" de que se produzcan).
Por otra parte, desde el punto de vista económico, siempre puede encontrarse que se
ponderan los costes y los beneficios.
Por lo tanto, la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICPR) recomienda un
sistema para la limitación de la radiación absorbida, cuyas principales características
son:
· Se rechazará toda práctica cuya introducción no produzca un beneficio neto positivo.
· Toda irradiación debe mantenerse tan baja como lo permitan los factores social y
económico dignos de consideración
· La irradiación de las personas, no debe superar los límites aconsejados.
- Se determinan límites de dosis equivalentes para: trabajadores/as (Ejemplo: límite
anual de 5 rem de irradiación de todo el cuerpo según al ICPR, y expone valores
parciales según zonas del organismo [1]), límites para personas de la población en
general (Ejemplo: según al ICPR un valor de 0,5 mSv por persona), y para el caso de
emergencias y circunstancias excepcionales (en caso de accidente, se ajustan las dosis a
los correspondientes "niveles de acción"). Y en caso de que un/a trabajador/a
reciba de forma accidental una dosis superando el nivel, la ICPR indica que en esa
situación excepcional, "la dosis recibida no debe superar el doble de la cantidad
autorizada para un año", y equivale a no superar el 10% de la dosis que un
trabajador/a "toleraría" a lo largo de toda su vida.
- En muchos países, existe un organismo estatal que se encarga de las inspecciones de
vigilancia y supervisión de estas actividades, así como de las correspondientes
autorizaciones, para asegurar la protección a los trabajadores/as y a la población en
general. Los gobiernos son responsables del establecimiento de programas nucleares bien
asegurados para evitar las graves consecuencias que supondría un accidente de esta
índole. Del mismo modo es importante el desarrollo de legislaciones al respecto.
- EXPOSICIÓN A RADIACIONES EXTERNAS: Uso de instrumentos para detectar y medir las dosis, que pueden servir como una interpretación orientativa de la dosis que estaría recibiendo el organismo. De esta forma pueden determinarse los valores límite[2].
- EXPOSICIÓN A RADIACIONES INTERNAS: Cuando las sustancias radiactivas se introducen en el cuerpo por inhalación, ingestión o a través de la piel. La dosis recibida dependerá del tiempo de exposición, ... y del metabolismo del organismo, o tiempo en que tarda en eliminarlo (pues los materiales se pueden depositar en órganos internos). De esta forma la ICPR determina el cálculo de la dosis para un "hombre de referencia" según los materiales depositados internamente. Estas dosis llamadas "límites anuales de admisión" (ALI) dependen también del medio de penetración (aire, agua o alimentos). Esto constituye la llamada "concentración derivada límite" (que equivale a lo que se llamaba "concentración máxima permisible").
- PROTECCIÓN CONTRA LOS RAYOS X Y LOS RAYOS GAMMA: (se usan en industria, medicina, investigación, educación,...). Debe controlarse el tiempo y la distancia de irradiación, que dependerán de la fuente de radiación y su blindaje (hormigón plomo, ...)[3]. (En cuanto a la distancia se aplica la "ley de la inversa al cuadrado"). Diseño de equipos (microscopios electrónicos, soldadores de haz electrónico,..) de forma que eviten la generación parasitaria de rayos X, para las personas que se ocupan de su instalación, uso o reparaciones.
- PROTECCIÓN CONTRA PARTÍCULAS PESADAS: (se refiere a las partículas cuya masa es al menos igual a la del protón). El cálculo de la dosis sobre los tejidos humanos es complicado, pues el efecto biológico de una dosis varía con la energía de la partícula.
- PROTECCIÓN CONTRA SUSTANCIAS RADIACTIVAS: los métodos deben ser tanto más estrictos cuanto mayor es el riesgo del material manejado. Se usan procedimientos de aislamiento, trajes de protección e instrumentos de detección. Corresponden también precauciones especiales en la eliminación de residuos. Es muy importante la información y formación del personal.
NOTA 1 : Los valore límites (Wt) recomendados por la ICPR
son:
gónadas................... 0,25
pecho....................... 0,15
médula ósea............ 0,12
pulmón.................... 0,12
tiroides.................... 0,03
superficies óseas... 0,03
otros....................... 0,30
NOTA 2: Las publicaciones de la ICPR 15/21 sobre protección contra radiaciones ionizantes desde fuentes externas indican cómo realizar los cálculos.
NOTA 3: En la publicación 15/21 de la ICPR, es posible calcular el grado de blindaje y existen normativas al respecto.
PREVENCIÓN
La protección contra las radiaciones ionizantes es tratada desde los puntos de vista de
la higiene industrial y salud pública, pues afecta también a la población en general.
Se trata de la prevención de enfermedades, tumores malignos y consecuencias hereditarias
que se deriven de este riesgo.
- No es posible demostrar una dosis umbral tan baja que se pueda asegurar que está libre
de causar daños para la salud. Por lo tanto, los criterios que se establecen en
prevención, dada la existencia de radiaciones, pueden plantear la filosofía de
"aceptar un cierto riesgo biológico radiactivo".
Se habla de "dosis tolerables" como término similar al de "dosis máxima
permisible". Por este motivo, existe el llamado "principio de restricción"
que consiste en respetar las dosis máximas; y el "principio de orientación"
que consiste en investigar y eliminar cualquier radiación anómala o innecesaria (en la
que se considera que no hay justificación o necesidad).
- Siguiendo con los criterios técnicos, se denomina "justificación" a un
dictamen que asegure que los beneficios predominan sobre los costes.
- Según los criterios de la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICPR):
"todas las exposiciones se mantendrán lo más razonablemente bajas como social y
económicamente sea posible".
Las iniciales de las palabras principales de esta frase, forman las siglas ALARA. Por este
motivo, el principio de optimización se conoce como el principio ALARA.
En la publicación nº 22 de la ICPR sobre optimización de los costes, se ordenaron los
principios de radioprotección en forma de: justificación, optimización, limitación de
la dosis individual.
- En la publicación nº 26 de la ICPR se indican los principios de radioprotección,
como:
· Responsabilidad de empresarios, autoridades y fabricantes, y en algunos casos, las
propias personas expuestas.
· Funcionamiento de la radioprotección por dos sistemas de control (con diseño y
objetivos a dos niveles diferentes). Uno controla los aspectos físicos, técnicos y
dosimétricos. Y el otro, los aspectos médicos y sanitarios.
· La dirección de una institución debe facilitar el funcionamiento seguro. Y designará
personas especialmente capacitadas (ejemplo: equipos de radioprotección).
· Limitar la exposición mediante el procedimiento de cuantificación de la radiación
absorbida por personas y grupos.
· Usar las especificaciones técnicas y normalizadas.
· Se distingue entre dos tipos de radiación: la que está prevista y controlada, y la
descontrolada. Para intervenir en prevención se considera el equilibrio entre el
perjuicio de la intervención, y los beneficios de la reducción de la radiación.
EFECTOS DE ARMAS NUCLEARES
DIFERENCIAS DE LOS EXPLOSIVOS CONVENCIONALES:
Las diferencias se basan en una serie de características principales:
Por su potencia: son miles e incluso millones de veces más potentes.
La potencia es medida en Kilotón (equivale a 10.000 toneladas de explosivo TNT) o el
Megatón (equivale a 10 millones de toneladas de TNT).
Por ejemplo, las catástrofes de Hiroshima y Nagasaki, fueron ocasionadas por bombas muy
pequeñas, solamente 20 Kilotones en cada ciudad.
Actualmente el diseño tecnológico permite explosivos experimentales cuya potencia se
calculan en Megatones, es decir en potencias muy superiores. Porque el tamaño o la masa
del arma, es mucho menor en relación a su gran potencia. Esto es debido a que su
mecanismo no se debe a reacciones químicas como las otras armas, sino que el responsable
es el núcleo de átomos (por eso emiten radiación).
Además, la temperatura que alcanzan es superior, y se transmite en forma de onda
térmica, a modo de luz y calor.
Producen incendios y quemaduras en la piel incluso a muy largas distancias.
En cuanto a la radiación que acompaña a la explosión (radiación nuclear inicial, que
es la que se libera en el primer minuto) es de alta peligrosidad y muy penetrante. Esa
misma radiación permanece a lo largo del tiempo (radiación nuclear residual), y la zona
de contaminación radiactiva es mucho más amplia.
Tienen también efectos electromagnéticos ostensibles (onda electromagnética). La
capacidad destructiva de la misma, es similar a que fuera transmitida una corriente
eléctrica de alta tensión. Daña fundamentalmente a equipos eléctricos y de
comunicaciones. Del mismo modo es lesiva a personas conectadas a algún tipo de conductor
o instalación.
Según el lugar de la explosión, pueden ser de varios tipos: Aérea alta, aérea, de
superficie de la tierra, subterránea, y submarina.
EFECTO EXPLOSIVO
Los efectos destructivos por expansión de la onda explosiva abarcan una amplia zona.
Por ejemplo, en las ciudades japonesas, aniquiló edificios, estructuras industriales y
otras instalaciones en un radio de 2,7 kilómetros, deformando o colapsando pilares y
vigas imposibilitando transportes y accesos, y la ruptura de cristales y daños a
edificios en un radio de hasta 6 kilómetros.
Estas características se debieron en gran parte a que fue del tipo aérea.
Pero cuando explosiona en la superficie de la tierra, lo que origina es un crater amplio,
al que le sigue una ruptura o corrimiento de fallas. Causará terremotos.
Y cuando tiene lugar en el mar (submarina), surgen ondas acuáticas a modo de grandes
olas. Esta "marea artificial" causará inundaciones en las costas del entorno.
En un ejemplo de una explosión de 20 Kilotones, las olas del mar alcanzan hasta 20 metros
de altura a 300 metros de distancia. Rápidamente, en 154 segundos llegarán a unos 3.600
metros con una altura de 2,7 metros sucesivamente.
EFECTO TÉRMICO
El aire caliente que constituye la "bola de fuego", irradia energía, de forma
similar a como lo hace el Sol: en forma de ultravioleta, luz visible e infrarrojo. Se
transmite a la velocidad de la luz.
En el mar, lo que aparece es una enorme burbuja debida a la condensación de gases, que
sube hacia la superficla potencia del arma, la altura y la distancia de la explosión. Las
condiciones meteorológicas del ambiente influyen muy directamente sobre los mismos.
Una idea sobre la temperatura que alcanza, puede servir el ejemplo de Japón, donde se
detectó una subida de 3.000 - 4.000 grados de temperatura en las inmediaciones de punto
de explosión ("tierra cero"). A la distancia de 900 metros la temperatura se
calculó de unos 1.800 grados centígrados. Con la distancia va disminuyendo.
Las quemaduras sobre las personas dependieron de la distancia a que se encontraban, desde
una calcinación total de su organismo hasta de diferentes grados de lesión para los que
estaban más lejos.
Incluso a kilómetros, el hecho de mirar al punto de explosión supone quemaduras en la
retina del ojo, por el efecto de lente que hace el cristalino. La consecuencia es la
ceguera. Una explosión de un Megatón puede dañar incluso a 40 Km de distancia si se
mira al punto. (En Japón, la explosión ocurrió de día a plena luz. Por lo tanto, la
gente tenía las pupilas de sus ojos más contraídas. Esto supuso una discreta
protección sólo para los que se encontraban a gran distancia).
En la piel, se producen quemaduras bien directamente, o por ignición de las ropas.
Curiósamente varían según la protección por el tipo de tejido. El resultado depende de
la composición y el color de la ropa. Los colores más claros arden más, sobre todo si
la composición del tejido es sintética. Parece ser que la lana es la que ofrece más
protección, seguido del algodón. (Lamentablemente para los japoneses, la explosión
ocurrió en verano, con ropa ligera y mucha gente en la calle, es decir, totalmente
expuestos).
Por lo tanto, en la misma persona aparecen distintos tipos de quemaduras marcando las
líneas donde estaba la piel expuesta directamente, y reproduciendo sobre su piel las
zonas que estaban cubiertas por la ropa. Las telas estampadas en colores, añadían un
"tatuaje" sobre la piel de su mismo dibujo ya que unos colores "se
queman" más que otros (aparece marcado el negativo de los dibujos de la tela sobre
la piel).
La acción directa del calor sobre la cara, desfiguró los rasgos añadiendo una
pigmentación oscura permanente, que es lo que se conoce como "facies de
Hiroshima" (cara o máscara de Hiroshima).
Pero las quemaduras, no dependen sólo de la distancia en que se encuentren las víctimas
respecto a la onda térmica o de calor, porque existen además efectos incendiarios. La
transcendencia de estos efectos, depende de la combustibilidad de los materiales. Del
mismo modo, la propagación de los incencios es tan rápida que se ha llegado a comparar a
una "transmisión de gases".
Pueden aparecer las llamadas "tormentas de fuego" en los bosques, sobre todo si
hay madera seca, maleza..., o bien que ocurra en verano. La propagación se convierte en
incontrolada.
Los propios escombros (provocados por la onda explosiva) facilitan la propagación de los
incendios.
En Nagasaki, los bomberos no pudieron acercarse a menos de 2 km. Y en Hiroshima, 20
minutos después de la explosión se desencadenó una secuencia de incendios masiva, una
"tormenta de fuego", cuyos efectos devastadores fueron ayudados por los vientos.
RADIACION NUCLEAR
Como se ha citado, existe en principio una radiación nuclear inicial que es liberada en
el primer minuto. Tiene relevancia sobre todo en las armas que explosionan en la
superficie, a diferencia de las submarinas y subterráneas.
Emiten readiaciones de los tipos: de neutrones, radiación gamma, beta y alfa.
La mayor importancia radica en la radiación nuclear residual que permanece después. Esta
radiación es mayor en las de superficie y subterráneas que en las aéreas.
La radiación es debida a los productos de fisión de las reacciones nucleares, restos de
Uranio 235 y Plutonio 239, que se escapan a la fisión, y en menor cuantía, isótopos
radiactivos formados por la acción de los neutrones sobre los residuos del arma.
El peligro principal tiene su origen en la formación de la nube radiactiva (tomará la
forma del característico "hongo"). Esta nube, además de contener los residuos
del arma, incorpora partículas del suelo, del agua, etc. en las que ha inducido
radiactividad. En "tierra cero" existe además otro peligro: la radiación
inducida, que comprende aproximadamente el diámetro de la nube radiactiva.
El viento arrastra estas partículas radiactivas, llevando el peligro a grandes
distancias.
Existe una precipitación (lluvia) radiactiva inmediata y local, que cae en las primeras
24 horas de la explosión. Se transmite y acumula dependiendo de factores variables como
las irregularidades del terreno, condiciones ambientales, etc.
Zona contaminada :
Las partículas más grandes, son las que caerán antes al suelo, en las inmediaciones del
punto de explosión.
Las partículas más pequeñas, tardan horas en caer, y durante este tiempo, pueden
desplazarse a cientos de kilómetros de "tierra cero", a una dirección y
distancia que dependerá de los vientos dominantes.
Las partículas pequeñas no tienen un ritmo determinado de caída. Por este motivo,
pueden dar varias vueltas a la Tierra, terminando por caer cuando son arrastradas por las
precipitaciones atmosféricas. (A mayor permanencia en la atmósfera menor actividad
conserva).
La precipitación radiactiva, puede producir una contaminación importante a grandes
distancias del punto tierra cero, en lugares lejanos que no habían sido alcanzados por
los otros efectos: el calor, la onda expansiva, la radiación nuclear inicial. (Salvo en
ciertos casos, porque el efecto electromagnético puede alcanzar también grandes
distancias).
Se pueden contaminar con niveles peligrosos de radiactividad muy amplias extensiones de
terreno. Es por lo que este efecto es considerado como uno de los de mayor importancia.
El viento, (dirección y velocidad en las distintas capas del aire) es el principal factor
a considerar en la distribución de la precipitación radiactiva. De este modo, los
vientos de las capas más bajas, al ser los más variables, hacen que las partículas en
su caída recorran trayectorias complicadas de las que no se pueda hacer predicciones.
También influye en la distribución de la zona contaminada la existencia de
precipitaciones "naturales": lluvia, nieve..., las irregularidades del terreno,
y la distribución irregular de la actividad radiactiva en el seno de la nube.
Por todo lo anterior, se pueden formar en el terreno "zonas calientes", es
decir, zonas de mayor intensidad radiactiva que las de alrededor de la explosión. Las
precipitaciones naturales arrastran estos residuos radiactivos, limpiando unas zonas y
concentrando residuos a otras,etc., o también pueden disolverse con el agua, e
introducirse dentro de la tierra.
Las distancias que recorren las nubes de lluvia o nieve con radiactividad, varían según
el tipo y la potencia del arma; pueden ser de hasta 10 km, pudiéndose convertir en más
del doble si hay tormentas.
Muchos de estos datos se realizan de forma teórica, porque cuando se hacen explosiones
experimentales (islas: Bikini, Jhonoston, Chistmas, Eniwetok....) se estudian las
condiciones que eviten las precipitaciones. Por ejemplo, en las pruebas nucleares con
armas megatónicas en el Pacífico dieron resultados de un área de menor nivel de
contaminación con mayor amplitud de extensión. De la experimentación se hacen
suposiciones, aunque conscientes que sobre la tierra pueden sorpender otros efectos.
En la explosión experimental de Bikini (en 1954), que era de una potencia de 15
Megatones, causó radiactividad en una zona de 530 Km por 100 de ancho, y fue necesario
evacuar la población en un entorno de 18.000 Km cuadrados por existir posibilidades de
radiación.
Los avances científicos en este terreno, han aportado sistemas de predicción más o
menos complejos para que pueda ser calculada la dosis de radiación que se recibiría por
permanecer en zonas contaminadas, y a qué distancia llega la contaminación. El problema
surge en que estos métodos también tienen sus limitaciones, por ejemplo: la
irrregularidad del viento imposibilita una predicción fiable.
Precipitación radiactiva retardada:
En la precipitación radiactiva retardada, a diferencia de la inmediata (cuyo principal
peligro es la exposición a radiación externa, por radiación gamma, y escasa radiación
interna por partículas beta, a través de la piel), el peligro potencial, se debe casi
únicamente a la radiación interna por ingestión de compuestos de radioisótopos de
yodo, estroncio, y cesio presentes en los alimentos, sobre todo en la leche.
Ambas precipitaciones, la inmediata, y la retardada suponen:
- A corto plazo, peligro de radiación del organismo, con las consecuencias de enfermedad
y letalidad que se describirán más adelante en el denominado "síndrome de
radiación".
- A largo plazo, suponen un peligro genético.
Una de las formas más peligrosas de acumularse la radiación en el organismo, es debida a
la ingestión de alimentos contaminados con Iodo 131, porque tiene una vida media de
actividad de 8 días, y tiende a acumularse en el tiroides (glándula del organismo, que
utiliza el Iodo para producir hormonas, de vital importancia en el metabolismo humano).
En explosiones de menos de 100 Kilotones, se ha detectado este Iodo 131 en la lluvia y en
la leche de vacas que habían pastado hierba contaminada a varios miles de kilómetros en
el mismo hemisferio.
Cuando las explosiones son de alta potencia, la mayoría de los residuos radiactivos
entran en la estratosfera, donde permanecen flotando, y cayendo lentamente al cabo de
meses o años.
En este caso, no influyen los vientos como ocurría en la precipitación inmediata, pues
en la radiación residual, tiene una gran importancia la penetración de las partículas
en la alta atmósfera, así como su distribución y desplazamientos dentro de la misma.
Al final, la precipitación radiactiva troposférica cae gradualmente con la lluvia o
nieve. El tiempo medio de flotación se calcula que es de un mes, y que afectaría en
mayor grado acercándose más a las zonas templadas.
EFECTO ELECTROMAGNETICO
Se producen campos eléctricos (en la superficie) o magnéticos (cuando la explosión es
en altura).
La onda eléctrica es de brusca aparición, y luego decrece lentamente. Es de espectro
amplio, pero con predominio de las frecuencias de onda larga.
El origen es debido a zonas de ionización alrededor del punto de explosión.
Esta onda se desplaza a la velocidad de la luz, transformada en una fuerte corriente
eléctrica de alta tensión que puede afectar a equipos eléctricos y de comunicaciones
(radio, tv, teléfono, ordenadores, radar...)
La intensidad es millones de veces mas potente que las ondas de radio, y además actúa en
una fracción de segundo.
La distancia a la que llega depende de la potencia del arma, y de la altura de la
explosión, pero existen datos que refieren radios de 25-50 Km.
El accidente mortal ocurre si la persona está conectada a algún conductor que le
transmita la corriente. Pero dadas las ostensibles características que comportan los
otros efectos nucleares (muy especialmente por radiación), el efecto por la onda
electromagnética queda en un segundo plano.
La onda electromagnética, bien directamente, o por alteración de las propiedades
eléctricas de la atmósfera, altera las señales electromagnéticas usadas en telefonía
y comunicación.
CONSECUENCIAS BIOLOGICAS
Las lesiones que provocan las armas nucleares, son debidas a :
- La onda expansiva: ya sea por acción directa, o indirecta (por impacto directo de la
onda, o por derrumbarse materiales sobre las personas), es la causante de politraumatismos
(por "blasts").
- La onda térmica: del mismo modo, por acción directa o indirecta (sobre la piel, o por
arder las ropas), es la causa de quemaduras en sus diferentes grados como se ha citado, y
de la ceguera (por quemaduras en la retina, ya que las cataratas, que aparecen a más
largo plazo, son debidas a la exposición de radiación de neutrones).
- La Radiación nuclear, que por sus especiales connotaciones y alta transcendencia,
merece ser tratada de forma específica en este apartado.
En la mitad de los fallecidos de las ciudades japonesas, la causa de muerte fue por
quemaduras, pero la mayor frecuencia de lesiones fue por los politraumatismos.
En principio, la mitad de ellos murieron por lesiones combinadas de los traumatismos con
quemaduras múltiples, y el resto, sobrevivieron unas dos o más semanas falleciendo más
tarde por el denominado SINDROME DE RADIACIÓN.
Parece ser que un 30 % de los muertos, habían recibido una dosis
letal (mortal) de radiación, aunque las causas de muerte fueran de otro origen.
Respecto a los traumatismos, también sorprendió una baja incidencia precísamente de los
más graves, como fracturas de cráneo y columna. Esto se achacó a la imposibilidad de
poder recurrir a la asistencia médica, dadas las circunstancias de evacuación. Por otro
lado, muchos edificios de construcción ligera, supusieron que sus estructuras fueran
menos dañinas al derrumbarse, aunque con la contrapartida de ser peor apantallamiento.
SINDROME DE RADIACIÓN
Los efectos patológicos que ocasiona la radiación se deben a la ionización de las
moléculas de las células y tejidos del organismo, que altera sus componentes: el núcleo
celular, los cromosomas, etc. La consecuencia, es una alteración de las funciones que
tenían.
En este caso, se aborda el tema a los efectos de considerar que se recibe una dosis alta,
es decir, que todo el organismo ha sido sometido a radiación, y en corto espacio de
tiempo (menor de 24 horas).
La manifestación de forma súbita tiene las características de accidente. La recepción
de bajas dosis durante mucho tiempo, da lugar a los efectos tardíos de la radiación que
se citan más adelante.
El mismo síndrome de radiación, varía tanto en su intensidad como en sus
manifestaciones clínicas dependiendo de la dosis radiactiva recibida. La unidad de medida
utilizada es el REM.
Cuando la dosis que se ha recibido está entre 100-1.000 rem (cuanto mayor sea el número
de rem, los síntomas que aparecerán serán los mismos pero con mayor cruencia e
intensidad) se denomina nivel subletal.
El nivel subletal, presenta una fase inicial con la aparición de náuseas, vómitos y
mareos al cabo de 1 a 6 horas después de la exposición (según la dosis recibida
aparecen más pronto). Estos síntomas, duran uno o dos días, tras los cuales aparece una
fase "de latencia" (o de espera).
La fase de latencia dura entre 1 a 2 semanas, hasta que aparece la fase secundaria.
La fase secundaria, que dura entre 4-6 semanas, se caracteriza porque aparecen graves
alteraciones del sistema hematopoyético (localizado en la médula del hueso que se
encarga de producir todas las células de nuestra sangre necesarias para la vida). Por lo
tanto, aparece una leucopenia severa (disminución de glóbulos blancos, imprescindibles
en la capacidad defensiva del organismo). También se presenta una púrpura (sangra la
piel por todos sus poros), y hematuria (se orina sangre).
Por último, surgen infecciones de todo tipo (según cualquier agente causal; ya que sus
defensas estn en su mínimo o anuladas, pueden infectarse de todas formas posibles)
y además depilación con pérdida del cabello.
La supervivencia media de esta radiación es de unas tres semanas a dos meses. Unicamente
sobreviven los que han recibido dosis inferiores a 200 rem, puesto que a mayores dosis van
incrementándose las probabilidades de muerte, hasta el 100% de los casos.
El único tratamiento "de ayuda" consiste en la administración de antibióticos
para paliar las infecciones y realizar contínuas transfusiones sanguíneas. Las
expectativas de supervivencia dependen fundamentalmente, como se ha citado, de la dosis
recibida, ya que el tratamiento sólo palía las complicaciones para el caso de los de
menor dosis. En una situación de catástrofe es impensable su uso como alargador de la
vida, ya que no superará tres semanas.
Las dosis radiactiva superiores a los 1.000 rem establecen el nivel letal.
En el nivel letal, la fase inicial del síndrome se acompaña de los mismos síntomas
descritos para dosis menores, pero con mucha mayor intensidad y prontitud.
Las nauseas, vómitos y mareos surgen de forma espectacular y en menos de una hora
después de la exposición. Permanecen en esta situación durante dos días seguidos. No
existe prácticamente ese periodo de latencia (de espera) salvo en dosis inferiores a
3.000 rem que pueden tener una corta latencia de dos días.
De inmediato, se continúan los síntomas con diarrea, fiebre, y trastornos
electrolíticos. Y si además la dosis recibida ha sido superior a 3.000 rem se
manifiestan convulsiones bruscas y continuadas, temblores, ataxia (descoordinación) y el
coma. Este momento crítico tiene una duración de menos de dos semanas para los que
recibieron menos de 3.000 rem, siendo de apenas 1-2 dias de vida para los de dosis
superiores.
De este modo, se cita que la afectación mortal en los que recibieron menos de 3.000 rem
es de origen gastrointestinal, y en los de dosis superiores a ésta, la muerte se debe a
las alteraciones del sistema nervioso central (cerebral).
En ambos casos la letalidad (mortalidad) es del 100%, y la supervivencia, como se ha
mencionado es de 1-2 días hasta un par de semanas. Mientras tanto, las únicas
recomendaciones médicas están enfocadas a mantener el equilibrio hidroelectrolítico
(hidratar en lo posible por las enormes pérdidas de agua debidas a los vómitos y
diarreas, así como la administración de sedantes para abordar una muerte
"digna".
EFECTOS TARDIOS
En el caso de recibir dosis pequeñas, o más bajas, que en principio no presentan
síntomas, a largo plazo, aparecerán otros trastornos biológicos.
En el "ataque" que supone la radiación sobre los componentes celulares, son
más sensibles las células que tienen mayor potencial de mitosis (de reproducirse). Por
este motivo, las primeras en sufrir los efectos, eran precisamente las células
"madres" de las células sanguíneas. De esta manera, en el Síndrome
Post-radiación, se padecen las consecuencias de una disminución global e intensa de los
componentes sanguíneos: glóbulos rojos, blancos, plaquetas... Del mismo modo, ante la
recepción de dosis pequeñas y no letales de radiación surgirán sus alteraciones
analíticas en la sangre: desde disminución de su cantidad normal, hasta serias
alteraciones en su morfología (con aberraciones de su forma), y por lo tanto, de su
funcionamiento (por ejemplo: leucemias).
Precisamente, las células que tienen esa mayor capacidad de mitosis son, "por
excelencia", las células encargadas de la reproducción de la especie, con toda su
carga genética de transmisión de los caracteres a perdurar. Esos genes, experimentarán
variaciones y alteraciones anómalas que serán transmitidas al nuevo ser que nazca. Este
nuevo ser, a su vez, lo transmitirá a su descendencia, sin olvidar que, además puede ser
combinado con otras aberraciones del otro.
De este modo, nos acercamos a un campo experimental, aún muy desconocido, que pueda
superar a la evolución de los conocimientos científicos en genética que existen
actualmente.
Los avances en este terreno, encaminados hacia una mejora y calidad de condiciones, pueden
verse relegados frente a situaciones ajenas que extralimitan sus posibilidades.
De forma esquemática, se citan las lesiones que se detectan a largo plazo:
- Alteraciones genéticas.
- Retraso del desarrollo fetal (si la radiación es recibida durante el embarazo), y
efectos teratogénicos de grave consideración.
- Lesiones oculares, cataratas...
- Alteraciones sanguíneas: leucemia.
- Procesos degenerativos malignos: especialmente se ha detectado cáncer de pulmón, de
intestino o de mama.