Son polvos limpiadores que se usan para la limpieza de uso doméstico, de metales duros,
porcelana o superficies esmaltadas (fregaderos, baños, suelos,...). También hay jabones
abrasivos para la limpieza de las manos en trabajos muy sucios.
Los limpiadores suele ser una mezcla de
detergente en polvo (jabón, sulfonato de
alkilbenceno,...) con un abrasivo insoluble (sílice, piedra pómez, carbonato
cálcico,...).
Ambos se preparan por separado, y luego se mezclan y envasan.
RIESGOS
- Accidentes: por el tipo de maquinarias (partes móviles que requieren sus
correspondientes resguardos,...), en la manipulación y transporte de cargas, exposición
a sustancias corrosivas (que causan lesiones en ojos, cara, manos,...).
- Exposición a polvos (sobre todo en el calcinado, triturado, molido, pulverizado,...)
con riesgo de
silicosis.
- Exposición a gases, vapores, humos, etc., de sustancias químicas.
- Riesgos en la fabricación del detergente.
- En el uso doméstico de estas sustancias no hay riesgo debido a la sílice, pero sí de
irritación de la piel (destruye el manto ácido protector de la piel), causando
dermatitis.
PREVENCIÓN
Requieren los correspondientes medios de prevención y protección.
Se recomienda la sustitución por otros productos de menor riesgo (Ejemplo: uso de sílice
amorfa en lugar de sílice cristalizada).
Es conveniente el uso de mecanización, sistemas de proceso en cerrado, con un adecuado
mantenimiento en prevención de fugas o escapes, y los correspondientes materiales de
protección (ropas, guantes, gafas, gorros,...).
- Se debe disponer de vestuarios y medios de higiene (lavabos, duchas,...) y lugares de
comedor fuera del lugar de trabajo.
- Los controles de salud deben preocuparse especialmente de detectar: lesiones pulmonares
obstructivas, tuberculosis y silicosis.
Se desaconseja el uso de limpiadores en la industria, salvo en casos muy excepcionales
(después deberán secar bien las manos y aplicar una crema suavizante).