Los métodos de análisis de su funcionamiento son: detección de bilirubina en sangre, de urobilinógeno en orina, determinación de enzimas (GOT, GPT, GGT,), proteínas en plasma, prueba de excreción de bromosulftaleína, de hemoglobina, pruebas inmunológicas (en diagnósticos de ciertas hepatitis), etc. Y métodos de biopsia (por laparoscopia operatoria), diagnóstico por ultrasonidos, etc.

Agentes de riesgo en los lugares de trabajo, que causan efectos sobre el hígado:

- Infecciones: esquistosomiasis (parásito transmitido por las aguas contaminadas), hidatidosis (quiste causado por un parásito transmitido por los animales, vía digestiva), leptospirosis o enfermedad de Weil (por aguas contaminadas en minas, arrozales, pescaderías, carnicerías, poceros,...), por virus (HEPATITIS VÍRICA) y enfermedades transmitidas por mosquitos como el paludismo y la fiebre amarilla, que cursan con lesiones hepáticas.

- Tóxicos: arsinas, fenilhidrazinas, tetracloruro de carbono, hidrocarburos halogenados (como el cloruro de metilo, tetracloroetano, y cloroformo), y otros de la serie aromática (como el nitrobenceno, dinitrofenol, trinitrotolueno, tolueno, naftalenos, difenilos clorados), clorofenotano (DDT), fósforo amarillo, cloruro de vinilo (causa de angiosarcoma hepático), aflatoxinas (en algunos mohos, y causan hepatomas o tumores), alcoholismo (cuando las condiciones de trabajo son predisponentes a esta adicción, se comporta como riesgo tóxico con efectos que se suman a otros riesgos tóxicos), etc.

- Intoxicación alimentaria: por ejemplo por setas venenosas tipo amanita phaloides (pero es raro que se den en el ambiente laboral).

- Medicación: algunos fármacos son hepatotóxicos (sobre todo a grandes dosis) como por ejemplo: paracetamol, tratamientos citotóxicos, de tuberculosis, tetraciclinas, sulfonamidas, quinina, etc. Esto hace que se tomen precauciones en su administración y debe considerarse a la vez el tipo de exposiciones laborales o riesgos, evitando al paciente que se asocien sus efectos.