El estrés suele relacionarse con un conjunto de reacciones del
organismo frente a influencias del entorno, nuevas exigencias, o esfuerzos que se
requieran. Esta situación se pone en marcha cuando nos encontramos ante cualquier
situación agresiva o de sufrimiento, tanto de origen físico (por ejemplo exposición a
agentes de riesgo laboral, como accidentes, ruido, toxicidad ambiental ...) o bien de
origen psíquico (problemas laborales, determinadas estructuras organizativas del trabajo,
monotonía, desmotivación, etc.).
En todos los casos. Lo que ocurre es que el organismo intenta "adaptarse" a la
situación, y pone en acción los mecanismos del estrés. Podría definirse como
"pisar el acelerador" para adecuarse a la nueva situación. Con ello, el
organismo lo que hace es incrementar sus ritmos, y por este motivo le supone un mayor
desgaste y deterioro. Por lo tanto, puede admitirse que siempre hay un determinado nivel
de actividad (estrés), pero lo que ocurre es que a veces se intensifica frente a ciertos
motivos o incluso a veces sin motivo alguno. Es decir, el problema no es la reacción al
estrés, sino el grado en que se reacciona, lo que supondrá el ritmo de desgaste a que es
sometida la persona. En el caso de la actividad laboral, este ritmo de desgaste depende
fundamentalmente de las características de las condiciones de trabajo.
Si se considerara el estrés como algo positivo, se entiende desde el punto de vista de la
motivación o esfuerzo para conseguir una meta propuesta (por ejemplo el estrés del
ejecutivo, o del atleta en competición,...), no puede omitirse que la sobrecarga es una
agresión para la salud, que si es sobrepasada, aparecen lesiones (por ejemplo úlcera,
infartos...). En este caso el objetivo se "cobra" en deterioro de la salud. En
este sentido, existen elementos motivadores en el terreno de la actividad laboral, tales
como el cobro de determinadas primas o complementos de productividad,etc., para estimular
a la persona a un aumento de exigencias (incluso auto-exigencia). Si se sobrepasa el
límite propio de la persona, la compensación económica se convierte en pérdida de la
salud.
Otro aspecto muy importante a considerar, es relativo a la tendencia a relacionar el
problema del estrés con el prototipo de trabajo del ejecutivo o de las personas de
dirección, cuando en realidad afecta a todos los grupos de población trabajadora, y muy
especialmente, con mayor intensidad, sobre las clases sociales más bajas. En definitiva,
el estrés físico y psicológico en el trabajo, puede venir ocasionado por unas
inadecuadas condiciones de trabajo, y se añaden agravantes como la inestabilidad en el
empleo, temporalidad de los contratos, bajas posibilidades económicas, ect...
Por otra parte, entre las consecuencias de salud cabe mencionar la predisposición a
determinadas adicciones que pueden convertirse en abuso de alcohol, drogas, o determinados
medicamentos (para efectos sedantes, para dormir, para el dolor....)
Un tema muy debatido suele ser la dificultad de diferenciar el estrés causado por las
características laborales, del que pueda proceder del ámbito personal o social. El tipo
de trabajo o medio de vida condicionan fuertemente las características personales y
sociales en que vive inmersa la persona y las de los de su entorno, que dependen de ese
trabajo. En definitiva, cuanto mayor sea el deterioro de las condiciones de trabajo, más
afectará al ámbito familiar de la persona haciendo más extensivo el problema.
Unido al anterior criterio y señalando su importancia, debe citarse como mayor fuente de
factores estresantes todos los motivos relacionados con la precariedad, la inestabilidad
de empleo, el desempleo, etc.
También se ha estudiado la posibilidad de una mayor vulnerabilidad al estrés dependiendo
de la personalidad de cada uno/a, pero en todo caso existen demostraciones concluyentes de
que siempre hay una causa estresante, que ha servido de motivo o agravante, y sobre la que
habría que actuar en prevención.
En cuanto al carácter de mayor predisposición al estrés del personal femenino, en
ocasiones se ha achacado a la característica de trabajar a "doble jornada"
compartiendo con la tareas y responsabilidades domiciliarias. Cabe decir que no se ha
demostrado científicamente una diferenciación de género en cuanto a mayor
vulnerabilidad de la mujer a padecer estrés. En todo caso, esto dependerá de las
características personales o familiares, como lo pudieran ser del mismo modo para la
población masculina, pero sobre todo, puede demostrarse una relación muy directa con el
tipo de trabajo. Por ejemplo: manifestar menor influencia del estrés en determinadas
profesiones reconocidas como cualificadas, con trabajo creativo, o de un determinado rol.
Causas de estrés en el trabajo:
El estrés es un desequilibrio sustancial entre las demandas que plantea un determinado
trabajo, y la capacidad de respuesta de la persona para afrontar esa demanda, con la
consecuencia del deterioro de la salud.
Estas demandas pueden plantear exigencias, tanto de saturación o exceso, como por bajo
contenido del trabajo. En todo caso, surge un desajuste, por tener demasiado quehacer
(ejemplo: trabajos de oficina, de atención al público,...) o por bajo contenido (por
ejemplo: trabajo en cadena...), o poca cualificación (Ejemplo: limpiezas...). Todo ello
crea una desmotivación, bajada de interés etc. que se traducirá en lesiones de salud de
tipo psicológico (depresión, angustia..) o físico, con somatizaciones de enfermedades
(hipertensión muy frecuente, dolores articulares, dolor de cabeza, trastornos digestivos,
etc.)
Otro motivo es la falta de control sobre la situación de la propia persona, por ejemplo
cuando a otro nivel se decide la velocidad o el método de trabajo, teniendo incluso que
trabajar en ocasiones al ritmo que marca la máquina. Es importante analizar los factores
estresantes que se presentan en las actividades de trabajo, con especial atención a los
problemas de estrés que surgen con nuevas tecnologías y sistemas organizativos
relacionados con la falta de control sobre los procesos, o de participación y
democratización en la prevención de riesgos laborales.
En el tipo de organización de trabajo pueden encontrarse la mayoría de los factores
generadores de estrés. La automatización del trabajo, ha aumentado las tareas de
supervisión y control, exigiendo mayor capacidad de atención (Ej. trabajo con
ordenadores, interpretando códigos o símbolos...), a la vez que existe una monotonía de
trabajo y una falta de intervención. El trabajo es más fatigante, y con ello pueden
aparecer errores o fallos por fatiga. Esto contribuye a una mayor carga de estrés, y a su
vez una predisposición a más fatiga. En este caso se destaca la importancia añadida del
tipo de diseño ergonómico del puesto de trabajo.
Del mismo modo es de vital importancia la necesidad de intervenir sobre los agentes de
riesgo de los lugares de trabajo: accidentalidad (sobre todo en trabajos de altas
condiciones de riesgos: pesca, construcción, minería o extractivas, determinadas
fábricas, ...) , exposición a ruido (tanto a nivel industrial, como a niveles inferiores
de ruido son igualmente estresantes, por ejemplo el ruido de público, del tráfico, de
una oficina ruidosa...), vibraciones (todo tipo, tanto de maquinarias, como las de los
medios de transporte,etc.), temperaturas extremas (calderas, hornos, exposición
solar...), toxicidad (algunos tóxicos alteran además las capacidades de la persona, con
mayor predisposición a accidentalidad, etc.), trabajo a la intemperie (trabajos del mar,
construcción, ...), sometimiento de las condiciones de seguridad a la climatología o a
factores externos (ejemplo: en el transporte), etc.
Las técnicas de incremento de productividad exigen mayor capacidad sensorial (de
atención, de memoria...) y motora (movimientos, esfuerzos, precisión...) de la persona.
Dan lugar a la aparición de las enfermedades relacionadas con las nuevas tecnologías y
sistemas organizativos. Además de las enfemedades de origen ergonómico, que florecen con
mayor intensidad, siendo cada vez más incapacitantes. El síntoma de cansancio supone una
alarma, que debe ser atendida, ya que continuar el proceso de trabajo sin control médico
puede traducirse en lesiones inmediatas o en enfermedades a corto o medio plazo.
También es importante el tipo de horario de trabajo. Cabe citar aspectos tales como los
descansos, la ubicación o tiempo de vacaciones, el tipo de jornada, las horas
extraordinarias, etc. siendo de especial mención el trabajo a turnos, y muy especialmente
si cursa con nocturnidad, por el desajuste biológico y horario que actúa sobre la
persona que debe trabajar activando su organismo en el horario que correspondería de
desactivación fisiológica (en horario de dormir). Esto causa enfermedades psicológicas,
digestivas y circulatorias. No obstante, todo ello dependerá de la persona, pues
problemas particulares hacen tomar de elección un tipo de horario y otro, siendo el más
estresante el que peor se adecúa a las características de la persona en cuestión (por
ejemplo el horario de elección puede ser diferente de un/a trabajador/a a otro/a
dependiendo de su situación personal o familiar, ante la que puede haber una
inadaptación).
Otros factores de estrés dependerán de la presencia o no de diferentes circunstancias,
así como las características de las mismas, tales como: el estatus laboral, las
relaciones con los compañeros/as, los sistemas de comunicación, la participación,
motivaciones, la existencia de promoción, el acoso personal....
Una mención aparte requiere el llamado "Síndrome del quemado" (
"Burn-out") que afecta más a personal cualificado/a cuando se encuentra con un
exceso de exigencias, situaciones cambiantes, que requieren una continua actualización y
conocimientos, a la vez que se asocia con una carencia o detrimento de medios o
posibilidades para llevar a cabo de la forma deseada su tareas. Esto causa de forma
progresiva una insatisfacción, que concluye con desinterés y desmotivación.
(Por ejemplo: personal sanitario, de enseñanza....)
Medios para detectar y analizar el estrés en los trabajadores/as :
El Comité mixto de O.I.T (Organización Internacional del Trabajo) y O.M.S.
(Organización Mundial de la Salud, desde 1984 ha propuesto modelos de identificación y
control de los factores psicosociales nocivos en el trabajo. Fundamentalmente se menciona
que para conocer los factores estresantes y sus efectos sobre la salud se realiza
mediante:
- Observaciones y mediciones de los agentes de riesgo del puesto de trabajo : mediante
estudios ergonómicos (diseño... ), estudios de riesgos (tóxicos, ruido,...), recopilar
cuestionarios con opiniones de los trabajadores/as, incluir el tiempo/fatiga en el
trayecto al domicilio, etc.
- Realizar controles y revisiones médicas periódicas sobre dolencias como: circulatorias
(hipertensión, lesiones cardiacas, lesiones digestivas, hormonales, respiratorias, de
articulaciones, psicológicas...
Hay que prestar atención al consumo de exceso en medicamentos como sedantes u otras
adicciones (ej. alcohol, etc.)
- Realizar estudios poblacionales (epidemiología laboral), incluido las circunstancias
del entorno psico-social, etc.
- Otros estudios específicos relacionados con el puesto de trabajo: por ejemplo cálculo
de las modificaciones del pulso, de la tensión arterial ... (que suelen acompañarse de
pruebas con aparatos de medición tipo Holter que acompañan a la persona en su actividad
laboral registrando los datos).
Una herramienta de investigación muy utilizada (aunque también cuestionada) ha sido el
llamado "Test de Salud Total" (T.S.T.) (Thomas Langer, psicólogo de la Escuela
de Medicina de la Universidad de Nueva York y modificado por Roger Amiel, profesor de
psiquiatría social de la Universidad de Bruselas)
Prevención del estrés:
Naturalmente, está basada en actuar sobre las causas detectadas de estrés. En términos
generales se propone:
- Adecuar un trabajo con exigencias razonables y ofreciendo un espacio para la persona en
la toma de decisiones y en su participación.
- Diseño adecuado de los ritmos, descansos, etc.
(Muchas de estas medidas figuran a través de los sistemas de Convenios Colectivos o
plataformas de negociación)
- Mejora del medio ambiente de trabajo: por ejemplo actuar sobre el ruido. las
vibraciones, la temperatura, etc.
- Introducir elementos de estímulo: formación, reconocimiento del rol, ambiente óptimo
de relaciones laborales, etc.
- Adecuar el trabajo a la persona.
- Sobre todo: Estabilidad de empleo, de las características del trabajo, etc.
Planteamientos de actuación:
- Investigación sobre los riesgos para la salud que aportan las nuevas tecnologías y
sistemas de organización del trabajo.
- Analizar las condiciones de estrés en los lugares de trabajo incluyendo las
relacionadas con el diseño y contenido del trabajo, horarios y distribución de
descansos..
- Se recomienda publicaciones de los resultados de los estudios a modo de crear una
concienciación sobre la importancia del problema y las consecuencias que se derivan.
- Proponer acciones legislativas enfocadas a evitar que surjan estos factores descritos
como estresantes que modulen por ejemplo: el tiempo de trabajo, que se respete el control
de la persona sobre su tareas, y en definitiva que se enfoquen a la mejora de las
condiciones de trabajo y la estabilidad e empleo.
De este modo el problema debe abordarse desde la sociedad en su conjunto, con medidas de
actuación sobre la precariedad, el desempleo, los tipo de contrato eventual, puesto que
el medio de trabajo se convierte en el lugar idóneo de actuar sobre el estrés en la
sociedad.