RIESGOS
- Toxicidad del cresol similar a la del fenol: se absorbe por piel (sobre todo según la
extensión de la piel, más que la contaminación), vía respiratoria (vapores irritantes
respiratorios) y digestiva (sensación urente en boca y esófago con vómitos). Actúa con
efectos tóxicos sobre las células. Causa depresión del sistema nervioso central (sobre
todo medular) y cardiovascular.
Es muy irritante de la piel (causa desde alergia y enrojecimiento hasta vesiculaciones y
úlceras, dependiendo de la concentración), y a su través se absorbe para causar
neuritis del nervio facial y lesiones en hígado y riñón (incluso necrosis).
En los casos graves surge después el colapso vascular, shock, hipotermia, pérdida de
consciencia, fallo respiratorio y muerte.
- Riesgo moderado de incendio.
PREVENCIÓN
- Evitar el contacto con la piel y los ojos. En todo caso se usarán guantes, botas,
delantales de goma, gafas,... u otros medios.
- Almacenamiento en contenedores de hierro o acero, y bien etiquetados. Se deben evitar
los derrames, y en tal caso, debe lavarse la zona con abundante agua (o se recogen con
arena previamente,...).
- Disponer de baños o duchas de emergencia para el caso de salpicadura accidental.
- Control médico, asociando detección en orina (como tal o conjugado con ácido
glucurónico o sulfúrico) y además hay alteraciones de orina (hematuria, cilindruria y
albuminuria).
- Emergencias: en caso de ingestión accidental, procede realizar lavados de estómago con
aceite de oliva.
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