Término utilizado al hablar de los
accidentes de trabajo donde se
establece un análisis de los motivos y factores concurrentes o desencadenantes del hecho.
Obedece al criterio de que todo accidente podría haberse evitado, y que muchas veces no
existe una causa única, sino un conjunto de circunstancias desarrolladas en cadena
(multicausalidad), por lo que al intervenir sobre alguno de ellos no hubiera seguido la
misma sucesión (desarrollo del árbol de causas).
De las conclusiones del análisis se detectará donde están los fallos de seguridad para
establecer la prevención y evitar su repetición (Ej. desde fallo organizativo, de
información o de formación, hasta los relacionados con inadecuadas condiciones de
trabajo y riesgos añadidos).
Es una forma activa de intervenir en la gestión de la seguridad, ya que la mera revisión
de los índices de accidentabilidad sin cuestionar las causas para remediarlo es ineficaz
en sí.
Se parte del hecho ya causado, es decir cuando existió fallo en la prevención, lo que
justifica una actitud de más alerta.
El término de imprudencia temeraria no puede ser atendido en ningún momento como causa,
ya sea aludido por parte de la empresa como del trabajador; no tiene significado alguno,
ya que siempre existirá un porqué, que analizando no será difícil detectar.
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