Se trata de un silicato de magnesio hidratado que está ampliamente distribuido por todo
el mundo.
La dureza de las fibras varía según los diferentes depósitos, pero el crisolito es,
en general, el tipo más blando de amianto y, por tanto, el mas utilizado para hilar y
tejer.
Hay cinco anfiboles asbestiformes: la amosita (excelente para aislamiento térmico), la
crocidolita, la anfibolita, la tremolita, y la actinolita.
La tremolita y la actinolita son de muy poco valor comercial, pero pueden mezclarse con
el talco verdadero (un silicato amorfo de magnesio) para formar el talco comercial. El
talco cosmético, en general, está libre de silicatos fibrosos.
Es importante conocer el tipo y la cantidad de fibras que hay en cada muestra pequeña
de polvo ambiental o en los residuos pulmonares.
- Las enfermedades específicas asociadas
con el amianto: asbestosis (forma de fibrosis pulmonar), cáncer de los bronquios, pleura
y peritoneo y probablemente de otros órganos.
Se asocian a la inhalación de fibras de
asbestos en cualquier proceso en el que se liberen grandes cantidades de polvo de
amianto.
- Control técnico del polvo, humedeciendo la fibra
antes de mezclado, ventilación con aspiración local en las maquinarias, e incluso -de
forma excepcional para exposiciones limitadas- el uso de equipos respiradores autónomos o
semiautónomos, dependiendo de la concentración ambiental (Por ejemplo: en la retirada de
materiales de aislamiento que se produce mucho polvo...etc.)
- Lavar la ropa de trabajo para evitar extender la
contaminación, y disponer de taquilla separada de la ropa personal ... etc.