El contacto con estos animales puede tener lugar en varias actividades laborales: pesca de superficie y submarina, instalación y manejo de equipo en conexión con la explotación de petróleo submarino, la construcción subacuática y la investigación científica.
PORÍFEROS (esponja común): Puede causar dermatitis de contacto con irritación cutánea, vesículas o ampollas. La "enfermedad de los buceadores de esponjas" está causada por un pequeño parásito de la esponja. La "dermatitis de los pescadores de ostras" llamada "musgo rojo" está causada por el contacto con un esponja escarlata que se encuentra en la concha de la ostra.
CELENTÉREOS (coral, medusas, anémonas...): provoca urticaria por la inyección de un fuerte veneno que provoca prurito severo (picor), congestión de hígado, dolor y depresión del sistema nervioso central (cerebral). Puede llegar a causar la muerte, todo ello dependiendo del contacto realizado con los tentáculos o el número de micropunciones.
A veces el dolor se asimila a una sensación de fuerte descarga eléctrica, y otros síntomas pueden ser: dificultad respiratoria, ansiedad, trastornos cardiacos, colapso, náuseas, vómitos, pérdida de conciencia y shock.
EQUINODERMOS (estrellas y erizos de mar): poseen órganos venenosos que no son peligrosos para el ser humano, pero las púas pueden penetrar en la piel causando infección y granuloma de forma secundaria.
MOLUSCOS: algunos tipos venenosos viven en las superficies arenosas del fondo, y tienen una aguja venenosa que actúa sobre los sistemas neuromuscular y nervioso central.
Al penetrar por la piel la punta del diente, surge isquemia (reducción de riego sanguíneo) y cianosis (piel azulada), sensación de adormecimiento... y el veneno va extendiéndose por el organismo. Seguirá una parálisis, confusión general, hasta la muerte por parálisis respiratoria y colapso circulatorio.
PLATELMINTOS ("gusanos espinosos"): tienen espinas o púas con un veneno neurotóxico e irritante local.
POLIZOOS (BRIOZOOS): forman colonias parecidas a las plantas y comparables a un musgo gelatinoso. Causan dermatitis, urticaria y eczema alérgico, en la piel de las manos, cara, etc., en pescadores al limpiar las redes de este "musgo".
SELÁCEOS
(CONDRICTIOS) (tiburones y rayas): muchas variedades poseen una o dos largas espinas
venenosas delante de la aleta dorsal que dan lugar a una herida de dolor intenso con
hinchazón y edema. Otro peligro son las mordeduras, muy lacerantes por las filas de
dientes, e infectadas.
El veneno que las rayas tienen en la cola contiene serotonina, 5-nucleótida y
fosfodiesterasa; causa vasoconstricción generalizada y parada cardiorespiratoria.
El peligro es que los bañistas la pisen inadvertidamente y cause
una herida punzante en un miembro e incluso en algún órgano interno. El dolor es intenso
con hinchazón, shock, y colapso cardiociculatorio. La lesión de algún órgano interno
puede causar la muerte en unas horas.
Otras especies de rayas poseen órganos que causan descargas eléctricas (8-220 voltios)
que pueden dejar inválida de forma temporal a la víctima.
OSTEICTIOS:
peces con espinas (dorsales, caudales...) venenosas que usan como defensa cuando son
molestados accidentalmente. Causan heridas dolorosas con hinchazón, cianosis y sufusión
hemorrágica. Pueden complicarse con gangrena o infección flemonosa. También pueden
causar desvanecimiento, asma, pérdida de conocimiento, etc.
Otros peces poseen órganos eléctricos.
HIDROFIDIOS
(serpientes de mar): Sobre todo en Indonesia y Malasia. Hay una 50 especies venenosas con
veneno parecido al de la cobra pero de 20-50 veces menos potente. Afecta al sistema
neuromuscular.
Sólo muerden cuando se sienten atacados, lo que ocurre a los pescadores por encontrarlas
entre la pesca recogida. A las dos horas de la mordedura surge dolor muscular y
alteración de los movimientos, pudiendo sobrevenir la muerte por parálisis de la
musculatura respiratoria, insuficiencia renal o parada cardiaca.
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