Los álcalis, ya sea en sólido, o en soluciones concentradas, son más destructivos para los tejidos humanos que la mayoría de los ácidos. Provocan destrucciones (quemaduras) profundas y dolorosas (disuelven la grasa cutánea).
- Los polvos, nieblas, y vapores provocan desde irritación respiratoria, de piel, ojos, y lesiones del tabique de la nariz, etc., hasta lesiones destructivas en piel y tejidos humanos. Especialmente riesgo en ojos si hay salpicaduras o proyección de partículas.
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