Su administración se rige por los
planes de manejo que son
establecidos con los criterios
conservacionistas y pueden ser de
propiedad privada o pública, o
estar localizadas tanto en la tierra
(reservas continentales) como en el
agua (reserva marina), o en
ambas, como lo que sucede en el
Parque Nacional Galápagos y el
área marina circundante.