(Melilla, 1932) Dramaturgo y narrador español en lenguas francesa y

española. Cuando tenía nueve años murió su padre, un militar

republicano encarcelado por las autoridades franquistas al terminar

la guerra civil. Fernando residió varios años en Ciudad Rodrigo,

estudió derecho en Madrid y empezó a escribir obras teatrales, como

«El cementerio de automóviles» (1958) y «El triciclo» (1961), que

pasaron inadvertidas. En 1954 consiguió una beca para estudiar en

París Allí participó en el «teatro pánico» junto a Topor y Jodorowski y

empezó a dar a conocer con regularidad sus obras, que, heredadas

del surrealismo y de Antonin Artaud constituyen una mezcla de

provocación, teatro de la crueldad y teatro del absurdo.

Títulos destacados de su producción son: «La coronación» (1965),

«El arquitecto y el emperador de Asiria» (1967), «Guernica» (1968),

«El jardín de las delicias» (1969), «La guerra de los mil años»

(1972), «Inquisición» (1980) y «Oye, patria, mi aflicción» (1980).

Los intentos de dar a conocer sus obras en España tropezaron con

todo tipo de dificultades; en 1967 estuvo detenido tres semanas a

raíz de la publicación de uno de sus libros. Este hecho le determinó a

fijar definitivamente su residencia en Francia donde era un escritor

reconocido y galardonado (Grand Prix du Théâtre 1967, Grand Prix

Humour Noir 1968).

Arrabal es asimismo autor de una considerable obra en prosa en la

que destacan: «La piedra de la locura» (1963), «Fiestas y ritos de la

confusión» (1964) y la novela «La torre herida por el rayo», con la

que ganó el premio Nadal 1982. Ha escrito también los guiones de

algunas películas, como «Viva la muerte» (1971), «Iré como un

caballo loco» (1973), «El árbol de Guernica» (1975) y «La odisea del

Pacífico» 1980).