E 920
L-Cisteína y sus clorhidratos y sales de sodio y potasio.
Estas sustancias se utilizan con dos objetivos: Para blanquear la harina, al destruir
los carotenoides presentes, y para mejorar sus propiedades en el amasado de la harina, al
modificar la estructura del gluten.
Los fenómenos implicados, oxidaciones en ambos casos, son semejantes a los que se
producen de forma natural cuando se deja envejecer la harina, por lo que también se le
llama a veces "envejecedores de la harina" o "mejorantes panarios" En
España no está autorizada la utilización de ninguna de estas sustancias en la
fabricación del pan.
Los agentes mejorantes autorizados son el ácido ascórbico (E-300) y distintos tipos de
enzimas
E 925 Cloro
En la industria alimentaria se utiliza como desinfectante del equipo y del agua a
utilizar, así como del agua de bebida.
También como agente en el tratamiento de harinas.
En forma pura es un gas muy venenoso, ya que una concentración de 60 mg/m3 de aire puede
causar la muerte en 15 minutos, habiéndose utilizado incluso como un agente para la
guerra química.
Su uso es sin embargo esencial para garantizar la calidad higiénica del agua de bebida, y
disuelto en las cantidades adecuadas no causa problemas a la salud.
Quelantes
E 270 Acido láctico
El ácido láctico está extensamente distribuido en todos
los seres vivos.
En el ser humano es un producto normal del metabolismo, especialmente en el músculo en
condiciones de deficiencia de oxígeno (esfuerzos prolongados, por ejemplo).
Se produce en grandes cantidades por la acción de los microorganismos sobre el azúcar de
la leche, siendo el responsable de que ésta se coagule, y actuando como acidificante y
conservante natural en sus derivados fermentados, como el yogur.
También se produce en los procesos de fabricación de encurtidos y de otros alimentos.
El ácido láctico se obtiene a nivel industrial por la acción de ciertos microorganismos
sobre subproductos de la industria alimentaria.
El ácido láctico y sus sales se utilizan en los alimentos por su acción antioxidante,
como conservantes, especialmente en repostería y bollería, y como reguladores de la
acidez en multitud de productos, que van desde las bebidas refrescantes a los derivados
cárnicos, pasando por las conservas vegetales, las salsas preparadas o los helados.
En la mayoría de los casos no existe más límite en la cantidad utilizada que la buena
práctica de fabricación.
El lactato cálcico, como otras sales de calcio, se utiliza también como endurecedor para
la fabricación de aceitunas de mesa y de otras conservas vegetales.
Al ser un producto fisiológico, el ácido láctico, en las cantidades concebiblemente
presentes en los alimentos, es totalmente inocuo.
En muchos alimentos existen de forma natural substancias con actividad antimicrobiana.
Muchas frutas contienen diferentes ácidos orgánicos, como el ácido benzoico o el ácido
cítrico.
La relativa estabilidad de los yogures comparados con la leche se debe al ácido láctico
producido durante su fermentación.
Los ajos, cebollas y muchas especias contienen potentes agentes antimicrobianos, o
precursores que se transforman en ellos al triturarlos.
E 325 Lactato sódico
E 326 Lactato potásico
E 327 Lactato cálcico
E 330 Acido cítrico
El ácido cítrico es un producto normal del metabolismo de
prácticamente todos los organismos aerobios, ocupando un lugar clave en uno de los
mecanismos de producción de energía, al que da nombre, el ciclo del ácido cítrico o
ciclo de Krebs.
Es también abundante en ciertas frutas, especialmente en los cítricos, de los que toma
el nombre y a los que confiere su característica acidez.
Con estos antecedentes resulta curioso que en el panfleto sobre aditivos alimentarios
denominado "lista de Villejuif" se considere al ácido cítrico como
cancerígeno, y además como el más peligroso de todos los aditivos.
El ácido cítrico y sus sales se pueden emplear en prácticamente cualquier tipo de
producto alimentario elaborado.
El ácido cítrico es un componente esencial de la mayoría de las bebidas refrescantes,
(excepto las de cola, que contienen acido fosfórico) a las que confiere su acidez, del
mismo modo que el que se encuentra presente en muchas frutas produce la acidez de sus
zumos, potenciando también el sabor a fruta.
Con el mismo fin se utiliza en los caramelos, en pastelería, helados, etc.
Es también un aditivo especialmente eficaz para evitar el oscurecimiento que se produce
rápidamente en las superficies cortadas de algunas frutas y otros vegetales.
También se utiliza en la elaboración de encurtidos, pan, conservas de pescado y
crustáceos frescos y congelados entre otros alimentos.
Los citratos sódico o potásico se utilizan como estabilizantes de la leche esterilizada
o UHT.
El ácido cítrico y sus derivados están entre los aditivos más utilizados.
Se producen por procesos de fermentación, haciendo crecer ciertos tipos de mohos en
subproductos de la industria alimentaria ricos en azúcares.
También se extrae algo de los subproductos del procesado de la piña tropical.
En el organismo humano el ácido cítrico ingerido se incorpora al metabolismo normal,
degradándose totalmente y produciendo energía en una proporción comparable a los
azúcares.
Es perfectamente inocuo a cualquier dosis concebiblemente presente en un alimento.
E 331 Citratos de sodio
E 332 Citratos de potasio
E 333 Citratos de calcio
E 334 Acido tartárico
El ácido tartárico se encuentra en forma natural en los zumos de
muchas frutas, por ejemplo en las uvas.
En el proceso de fabricación del vino precipita en forma de su sal potásica, poco
soluble, siendo estos precipitados la principal fuente industrial de esta substancia.
El ácido tartárico es el más soluble de todos los acidulantes sólidos.
Se utiliza como acidificante en la fabricación de bebidas refrescantes, ya que su sabor
ácido potencia el efecto de los aromas de fruta.
También en los caramelos, confites, goma de mascar, en repostería, conservas vegetales,
mermeladas, salmueras, salsas, sopas deshidratadas y otros productos.
El ácido tartárico y el tartrato sódico-potásico (tártaro solubl
d) se utilizan como componentes de algunas levaduras químicas.
La mayoría del ácido tartárico ingerido no se absorbe en el intestino y la cantidad
absorbida se elimina rápidamente por la orina.
La experiencia de muchos años de uso de grandes dosis con fines medicinales contribuye a
considerar esta substancia como perfectamente inocua en las concentraciones
concebiblemente presentes en los alimentos.
E 335 Tartratos de sodio
E 336 Tartratos de potasio
E 337 Tartrato doble de sodio y potasio
E 353 Acido metatartárico
E 354 Tartrato cálcico
E 380 Citrato triamónico
El ácido cítrico es un producto normal del metabolismo de
prácticamente todos los organismos aerobios, ocupando un lugar clave en uno de los
mecanismos de producción de energía, al que da nombre, el ciclo del ácido cítrico o
ciclo de Krebs.
Es también abundante en ciertas frutas, especialmente en los cítricos, de los que toma
el nombre y a los que confiere su característica acidez.
Con estos antecedentes resulta curioso que en el panfleto sobre aditivos alimentarios
denominado "lista de Villejuif" se considere al ácido cítrico como
cancerígeno, y además como el más peligroso de todos los aditivos.
El ácido cítrico y sus sales se pueden emplear en prácticamente cualquier tipo de
producto alimentario elaborado.
El ácido cítrico es un componente esencial de la mayoría de las bebidas refrescantes,
(excepto las de cola, que contienen acido fosforico) a las que confiere su acidez, del
mismo modo que el que se encuentra presente en muchas frutas produce la acidez de sus
zumos, potenciando también el sabor a fruta.
Con el mismo fin se utiliza en los caramelos, en pastelería, helados, etc.
Es también un aditivo especialmente eficaz para evitar el oscurecimiento que se produce
rápidamente en las superficies cortadas de algunas frutas y otros vegetales.
También se utiliza en la elaboración de encurtidos, pan, conservas de pescado y
crustáceos frescos y congelados entre otros alimentos.
Los citratos sódico o potásico se utilizan como estabilizantes de la leche esterilizada
o UHT.
El ácido cítrico y sus derivados están entre los aditivos más utilizados.
Se producen por procesos de fermentación, haciendo crecer ciertos tipos de mohos en
subproductos de la industria alimentaria ricos en azúcares.
También se extrae algo de los subproductos del procesado de la piña tropical.
En el organismo humano el ácido cítrico ingerido se incorpora al metabolismo normal,
degradándose totalmente y produciendo energía en una proporción comparable a los
azúcares.
Es perfectamente inocuo a cualquier dosis concebiblemente presente en un alimento.